Durante 65 años Israel probó lo que es tener gobiernos bajo fuerte influencia religiosa. Esta vez, el trigésimo tercer Gobierno de Israel tiene la oportunidad de hacer sentir a su pueblo las delicias de vivir en un país donde hay transporte los siete días de la semana, donde todos los días se puedan leer noticias en los periódicos que llegan al umbral de los hogares, en donde los sábados pueda trabajar el que quiera y el comercio no tenga que pagar multas por abrir sus puertas, en donde todo su pueblo pueda comer cualquier comida saludable durante todos los días del año. Un país en donde nadie debe estar obligado a cumplir ritos religiosos para casarse, divorciarse, morir o traer seres al mundo.
Es decir, “un estado democrático ideal, cuyos sellos distintivos sean la libertad de expresión, la separación de la Iglesia y el Estado, y un contrato social generoso que promueva el bienestar de los ciudadanos y la armonía del gobierno”, tal cual lo escribió hace más de tres siglos, el famoso filósofo judío holandés Baruch Spinoza. La exclusión de los partidos que sostienen con tesón la vigencia de las leyes con espíritu religioso, le está dando a la presente coalición la oportunidad de comenzar un proceso que tienda a derogarlas, por ser leyes incompatibles con el carácter democrático del país. ¿La sabrá aprovechar este nuevo gobierno? ¿Estará este tema en la mente de alguno de sus miembros? Hasta este momento, ninguno de ellos ni siquiera lo insinuó.
Pero lo que con certeza estará en la mesa de deliberaciones, es el proceso de paz con los palestinos. Volver a conversar con ellos sobre ese tema es el objetivo. Lamento tener que decir que, en mi opinión y con un gran porcentaje de convicción, israelíes y palestinos no se sentarán frente a frente para tratar de sellar una amistad duradera. La obstinación de los israelíes que se oponen a desmantelar colonias (Habaiyt Hayehudi de Naftali Bennett), y la de los que

no desean interrumpir las construcciones en los territorios en litigio (Avigdor Liberman y sus seguidores), son los pesados escollos que motivan a los palestinos a negarse a reanudar las conversaciones interrumpidas desde el mes de septiembre del año 2010.
La desconfianza, por no decir odio, que esos sectores les tienen a los palestinos (entre otros incentivos), los estimula a anexar territorios destinados a negociar la paz, entorpeciendo ese proceso y acrecentando el aislamiento de Israel frente al mundo amigo que lo quiere apoyar.
Como no creo que haya alguna manera de disuadirlos, y como sabemos que en este trigésimo tercer Gobierno de Israel existen corrientes que piensan todo lo contrario, no es descabellado esperar un colapso político por el fracaso de la coalición. Podrá suceder entonces, en el mejor de los casos, que salve la situación una reestructuración del gobierno con el ingreso de fuerzas que apuntalen el proceso de paz (Avoda de Shelly Yachimovich), o que se llame a nuevas elecciones.
Esto último no habrá de molestar. Volveremos a votar si es necesario, pues no es malo seguir el consejo del famoso escritor argentino Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como Almafuerte, quien dijo: “Si te postran diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas”. Un nuevo gobierno sin raros pactos de partidos políticos que sorprenden al confiado elector, beneficiará altamente a Israel.
El insólito pacto llevado a cabo entre Lapid y Bennet después de las elecciones, desconcertó a muchos. Es extraño que el primero, la nueva estrella política que declara creer en la creación de “dos estado para dos pueblos” como solución del problema con los palestinos, pacte con el líder del partido ultranacionalista Habait Hayehudí, contrario a la creación de un estado palestino y celoso cuidador de los intereses de los colonos.
Sin embargo puede ser que no ocurra colapso gubernamental alguno. No se deben descartar otros desenlaces menos cruentos como resultado de algún viraje no previsto ni en los más lógicos análisis de los más expertos comentaristas. La política israelí se presta a cualquier sorpresa.

Para adicionar comentários, você deve ser membro de JUDAISMO SECULAR HUMANISTA.

Join JUDAISMO SECULAR HUMANISTA

Enviar-me um email quando as pessoas responderem –