El Parlamento aprobó una ley que impone que cualquier retirada de los territorios anexados (Jerusalén Este y los Altos del Golán) requiera el apoyo de una mayoría absoluta de diputados (80 de los 120 miembros del Parlamento) o un referendo popular.
La iniciativa, promovida por Yariv Levín, del partido Likud que lidera el primer ministro Biniamín Netanyahu, recibió el apoyo del pleno del Parlamento en su segunda y tercera lectura, tras siete horas de debate.
La propuesta recibió el apoyo de 65 de los 120 legisladores, mientras que 33 se opusieron.
Antes de la votación, Netanyahu defendió la propuesta como una herramienta para "prevenir por un lado la aprobación de un acuerdo irresponsable y, por otro, ofrecer un fuerte apoyo público a todo acuerdo que garantice nuestros intereses nacionales".
El Kadima, principal partido de la oposición, se opuso (si bien algunos de sus diputados se abstuvieron) por considerar que las decisiones que impliquen devolución de territorio a cambio de un acuerdo de paz tienen "consideraciones que no se pueden trasladar totalmente al público y el público no puede esperar entender por completo", según su líder, Tzipi Livni.
"Tenemos a un primer ministro débil. Esto no tiene que ver con preguntar al pueblo, sino con vetar decisiones adoptadas por un Gobierno elegido democráticamente y por el Parlamento", defendió Livni, ex ministra de Exteriores.
La ley, aprobada en primera lectura el pasado julio, no se aplica al también territorio de Cisjordania porque Israel no lo ha anexionado, como sí hizo en la década de los ochenta con el Golán y Jerusalén Este.
Todos ellos fueron conquistados por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967: la meseta del Golán a Siria y Jerusalén Este y Cisjordania a Jordania.
Desde mitad de los años noventa distintos diputados israelíes habían intentado hacer pasar una ley que demandara consenso popular y mayoría especial en el Parlamento para devolverlos y en 1999 fue aprobada una versión más suave de la que presentada hoy en la cámara.
"Es una propuesta de máxima importancia nacional para mantener la unidad popular y asegurar que toda decisión fatídica e irreversible sobre la entrega de partes de nuestro hogar nacional sobre las que se ha validado la soberanía del Estado no se hará ya a través de la compraventa de apoyos parlamentarios a cambios de otros temas, como ha tristemente sucedido en el pasado", argumentó su promotor.
La aprobación de la ley llega con las negociaciones de paz con Siria congeladas desde hace dos años y el diálogo directo iniciado con los palestinos el pasado septiembre en punto muerto tras apenas tres semanas de vida por el rechazo de los palestinos a retornar a la mesa de negociaciones tras la finalización de la moratoria a la construcción en los asentamientos judíos de Cisjordania.
Inmediatamente después de la aprobación, el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, emitió un comunicado en el que subrayó que "el derecho internacional no se encuentra sujeto a los caprichos de la opinión pública israelí".
"De acuerdo al derecho internacional existe una clara y absoluta obligación sobre Israel de retirarse no sólo de Jerusalén Oriental y las Altos del Golán, sino también de todos los territorios que ocupa desde 1967. Terminar la ocupación de nuestra tierra no debe ni puede depender de ninguna clase de referéndum", argumentó incorrectamente el líder palestinos, ya que tales especificaciones particulares no son completamente exactas y han sido motivo de largas controversias jurídicas. EFE y Aurora
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