Desde que asumió el poder sobre Gaza en 2006, Hamás marcó un claro modus operandi para mantener su control sobre la Franja. Apenas llegó al poder arrancó desde las raíces todo tipo de oposición. Desde entonces, mantuvo una política intolerante y opresiva que reprimió toda objeción, imponiendo su visión fundamentalista. El régimen del grupo terrorista es muy similar al del talibán.
Cuando la organización terrorista tomó el poder sobre la Franja de Gaza en 2006, uno de sus líderes, Nizar Rayyan, dejó claro sus pretensiones: "Este es el fin de la laicidad y la herejía en la Franja de Gaza". Hamás rápidamente se enfocó en imponer su visión extremista islámica consagrada en su Carta Constitucional. Esta llama, entre otras cosas, a la implementación de una doctrina islámica.
El gobierno de facto de Hamás ha sido acusado, tanto por la comunidad internacional como por los mismos ciudadanos de la franja, de intentar imponer un modelo talibán sobre la población civil en Gaza.

¿Qué significa realmente una talibanización?
Según la Profesora Francesca Giovannini de la Universidad de Berkeley en California, en su libro The Fundamentalist City?: Religiosity and the Remaking of Urban Space (2011), el término talibanización "implica una serie de condiciones: la estricta regulación de las mujeres, la prohibición del entretenimiento, incluyendo música, cine, danza y televisión, la inculcación de la apariencia religiosa [...], la aplicación agresiva de normas de conducta personal [...], la opresión de minorías musulmanas como chiítas, la acogida de los agentes de las milicias islámicas [...] y por último, pero no menos importante, la discriminación contra los no musulmanes".
Los términos de la talibanización que acuñó Giovannini no fueron escritos pensando específicamente en Hamás, y aún así, esta organización terrorista cumple prácticamente con todas las características que enumera.

Los "derechos" de la mujer en Gaza
La imposición de la visión fundamentalista y miope de la sociedad por parte de Hamás ha discriminado en particular a las mujeres. La "policía moral" castiga a las mujeres por andar en motocicletas con un hombre detrás, fumar cigarros o narguila (pipa de agua) en público, dejar su pelo descubierto, vestirse "inapropiadamente" (por ejemplo: ropa ajustada, jeans o camisetas), bailar en eventos públicos, y otra larga serie de prohibiciones. Una vasta red de agentes policiales de civil recorren las calles de Gaza haciendo implementar las políticas dictadas por el gobierno. Si una mujer camina por la vía pública con un hombre, se la detiene para interrogarla si están casados.
En el verano de 2009, se lanzó una "campaña moral", por la cual se dictó la obligación de usar pañuelos en la cabeza para abogadas y evitar la mezcla entre géneros en lugares públicos. Recientemente, la universidad pública Al Aqsa en Gaza, implementó un estricto código de vestimenta islámico para las mujeres. Al Aqsa, considerada durante mucho tiempo un hogar de diversidad política e intelectual, obliga a sus estudiantes a usar una abaya (túnica) y hijab (velo), mientras permanezcan en la institución.
A principios de 2013, la Maratón UNRWA que estaba planificada para el 10 de abril, fue cancelada por el mismo patrocinador y organizador del evento. En un comunicado de prensa, se argumentó que la decisión vino a raíz de la prohibición que impuso Hamás a las mujeres

de participar en el evento.
Los hombres también sufren la manipulación de las autoridades para moldear una sociedad a su gusto y piacere. Hamás prohibió el uso de pantalones de tiro bajo y ciertos cortes de pelo considerados occidentales. Esta decisión apunta directamente a aquellos jóvenes que han sido "mal influenciados" por valores occidentales adquiridos por televisión o Internet.

Cristianos en Gaza
Bajo un gobierno islámico totalitario, los cristianos en Gaza sienten la tensión constante. Poco después de la toma violenta de la Franja, el 19 de junio de 2007, hombres armados y enmascarados saquearon e incendiaron el convento y escuela de las Hermanas del Rosario. Tras el ataque los ciudadanos cristianos de Gaza temían ser el próximo blanco de las autoridades. Uno de ellos dijo: "Tenemos miedo de ser atacados. Si se presenta la oportunidad de salir del país, no voy a dudar en hacerlo. Un funcionario de la Fuerza Ejecutiva de Hamás me arrancó la cruz del cuello y me regaño: "Eso está prohibido". Y agregó: "El Islam es la solución".
Otro ataque a la comunidad cristiana fue el asesinato del único cristiano dueño de una librería en Gaza, Rami Ayyad. El 10 de octubre de 2007, fue asesinado de un tiro en la cabeza y arrojado a las calles de Gaza. Desde la subida de Hamás al poder, había recibido constantes amenazas de muerte.
Más recientemente, la comunidad cristiana de Gaza y los altos cargos eclesiásticos, han denunciado conversiones forzadas en Gaza. También ha habido quejas sobre la discriminación contra los cristianos, especialmente a través de la agenda islámica de Hamás, como la nueva ley que obliga a la segregación en las escuelas, o la prohibición de la venta pública de alcohol en la Franja.

Artes en Gaza
El arte, un elemento esencial de la auto-expresión, debe pasar por un filtro y censura de Hamás. Los libros considerados "inmorales" se confiscan. Hamás enfureció a muchos palestinos en 2007, cuando se prohibió el libro Speak, Bird, Speak Again, una colección de 45 cuentos populares palestinos, en las escuelas de Gaza. Luego esta prohibición fue levantada. Por otra parte, las películas filmadas en Gaza tienen que pasar por el control del Ministerio de Cultura antes de difundirse, y el contenido se moldea para adaptarse a los intereses de Hamás.
Antes que Mohammad Assaf, un palestino de 23 años de edad, emocionara a Gaza al ganar el popular programa televisivo "Arab Idol", Hamás había vetado un espectáculo similar. En 2011, se grabó en Gaza la versión palestina de "Una nueva Estrella". Alrededor de 120 participantes se postularon en las audiciones. Sin embargo, Hamás decidió censurarlo. Hasan Abu Hashish, dirigente en la oficina de prensa del gobierno, dijo que el programa era "indecente", añadiendo que el canto no resultaba interesante para la mayoría de la comunidad de Gaza.

Malinterpretando la democracia
A pesar de que Hamás se considera a sí misma democrática - por tratar de subir al poder a través de elecciones - violan el espíritu de la democracia y de los derechos civiles más básicos. Hamás a veces, debido a la presión pública, anula sus limitaciones a las libertades personales, como la prohibición de fumar en lugares públicos para las mujeres. Pero poco después, sustituye la restricción rescindida por otra, dejando a los residentes de Gaza con la incertidumbre de cual será el próximo paso que tome esta organización extremista islámica en pos de la imposición de un régimen fundamentalista.

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