“El Cantar de los Cantares” es una colección de poemas de amor entre un amante y su amada, y entre una amante y su amado. Los Sabios analizaron mucho este libro, y la mayoría de sus interpretaciones indican que el mismo es un ejemplo de las relaciones entre El Santo Bendito Sea (el “amante”) y el pueblo de Israel (la “amada”).
Según una antigua costumbre ashkenazi se lee el libro “El Cantar de los Cantares” (“Shir HaShirim) en público en el Shabat de Jol Hamoed Pesaj, antes de la lectura de la Torá.
Unas de las frases que mereció este libro viene del Rabi Akiva: “...Nada tuvo valor en el mundo como el día que fue entregado “El Cantar de los Cantares” al pueblo Israel...Pues todos los escritos son sagrados, pero “El Cantar de los Cantares” es lo sagrado entre lo sagrado“. (Iadim 3,5).
¿Qué es lo “sagrado entre lo sagrado” que vieron los Sabios en “El Cantar de los Cantares”?
El tema de relación de pareja entre Dios y el pueblo de Israel se desarrolla en muchas fuentes además de en “El Cantar de los Cantares”, sus intérpretes y comentaristas. Así, por ejemplo: “Cuando el pueblo de Israel salió al exilio, El Santo Bendito Sea pidió consuelo como el miembro de una pareja que perdió a su compañera: “Consolad, consolad a Mi pueblo...” (Isaías 40:1). Dijo El Santo Bendito Sea: ¿A quién hay que consolar cuando muere la esposa? ¿No es acaso a su marido?“ (Ialkut Shimoni, Isaías, 443).
A esta relación de pareja se le dio un sentido sensual que permite que la misma se siga manteniendo a pesar de la herida que sufrió uno de los lados. Así, por ejemplo, sobre el versículo: “Un manojito de mirra es mi amado para mí” (El Cantar de los Cantares 1:13), interpreta Rabi Ieoshua ben Levi: “Dijo el pueblo de Israel ante El Santo Bendito Sea: A pesar de que amarga mi vida y me causa angustia - dormirá entre mis pechos” (Ialkut Shimoni, Shir haShirim, 984).
Y en el Midrash Tanjuma 96:14 aparece el tema de los celos: “Como el marido cela a su mujer, así El Santo Bendito Sea siente celos...Como está escrito: “Y como goza el esposo con la esposa, así gozará contigo tu Dios” (Isaías 62:5). El gozo o la alegría del corazón y la sensibilidad exigen un cuidado especial contra toda posibilidad de daño a la lealtad o desviación de la conducta esperada.
Quizás el punto máximo del desarrollo de esta idea es el mito del Zohar sobre la unión entre El

Santo Bendito Sea y la Providencia (Shjiná). En este mito, la Providencia -que se encuentra en el lugar más cercano al mundo de los seres humanos- debe despertarse con pasión para incitar a la Divinidad a unirse a ella, y esta unión traerá bendición al mundo. El pueblo de Israel es el principal responsable del despertar de la Providencia. Es interesante destacar en este punto que, en realidad, en la literatura rabínica casi no vemos en la relación entre El Santo Bendito Sea y el pueblo de Israel este asunto de quién lleva la iniciativa.
Las fuerzas eran, de cierta manera, iguales. Es decir, la dinámica de las relaciones era balanceada y a veces, incluso la iniciativa era de El Santo Bendito Sea. Y las partes eran El Santo Bendito Sea y el pueblo de Israel.
En el Zohar, este balance ya no existe. Los “protagonistas” principales son El Santo Bendito Sea y la Providencia. Así, por ejemplo, según el Zohar: “El despertar de arriba (la Divinidad) no ocurre sino cuando hay despertar abajo (la Providencia), ya que el despertar de arriba, depende de la pasión de abajo” (Zohar, parte 1, 86, pag.2).
Es decir, que hasta que la Providencia no se despierta, la Divinidad no se despierta hacia ella. ¿Y de qué depende el despertar de la Providencia? De las acciones del pueblo de Israel. Es decir, así como las buenas acciones pueden llevar a la unión, también las malas acciones pueden llevar al corte de relaciones entre la Providencia y El Santo Bendito Sea. Pero en todo caso, no hay otra relación directa entre el pueblo y su Creador, sino mediante la Providencia que, según la leyenda, salió al exilio después de la destrucción del Gran Templo de Jerusalén.
Si en la situación anterior la relación era dinámica -la relación entre dos amantes, El Santo Bendito Sea y el pueblo de Israel-, en el Zohar, vemos un cuadro diferente: Nosotros, como seres humanos, debemos esforzarnos para atraer la atención de El Santo Bendito Sea hacia nosotros.
Primavera, florecer, despertar de la Naturaleza, despertar de sentimientos, ¿quién no conoce la sensación maravillosa de renovación de la vida que nos trae la Primavera? Quizás, especialmente por eso, hay un indicio oculto en la lectura de “El Cantar de los Cantares” en el Shabat de Pesaj: Que podamos despertarnos juntos con la Providencia aquí entre nosotros, y así despertar a El Santo Bendito Sea para “renovar nuestros días como antaño”.
Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Asamblea Rabínica de Israel, Movimiento Conservador y Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.
Traducción: Rabina Sandra Kochmann

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