Interpretación y comentario
La posibilidad de obtener una respuesta más rápida y correcta de un crucigrama es mayor cuando varias personas colaboran para hallar la solución, en lugar de que una sola lo haga. En contraposición, un poema que es escrito por un grupo de personas no es mejor que el escrito por un poeta solo. Un poema “colectivo” tiende a ser una mezcla de sentimientos y estilos. “El Cántico del Mar” no es una mezcla: Posee uniformidad lingüística, estilo y sentimiento. Por eso, la apertura: “Y entonces entonó Moshé y los hijos de Israel este cántico...”, no demuestra que hubo colaboración entre Moshé y los hijos de Israel en la composición de este cántico, sino que sólo su “ejecución” fue compartida.
Es imposible establecer de manera unánime quién compuso las palabras del “Cántico del Mar”, pero en el texto hay algunos indicios que indicarían que Miriam podría ser la autora del mismo: Sólo en el contexto del “Cántico del Mar”, Miriam es llamada “Profetisa” (Exodo 15:20). ¡Y hay relación entre la profecía y la poesía!
“Y respondió a ellos Miriam”: El verbo “y respondió” “vata'an” no significa que ella reaccionó a lo que escuchó, sino lo contrario: que la iniciativa fue de ella. Como en los casos: “Y declararán “ve'anú” - y dirán: Nuestras manos...” (Deuteronomio 21:7); “Y declararás “ve'anita” y dirás” (Deuteronomio 26:5); “Y exclamó”vaia'an”- Job y dijo” (Job 3:2). Aún más: la Torá indica aquí “a ellos”, en género masculino, y no “a ellas”, en femenino, como ya lo destacó el Rabi Tzadok HaCohen de Lublín en su libro “Kometz ha Minjá” que Miriam se refirió a los hombres y mujeres al mismo tiempo.
No fue por casualidad que el “Cántico de Débora” fue elegido para ser la haftará (lectura complementaria de los Profetas) de la parashá “Beshalaj“. El “Cántico de Débora” se aproxima al carácter y estilo del “Cántico del Mar” más que cualquier otro cántico bíblico atribuidos a un autor masculino (como las profecías de Bilam o el cántico “Haazinu”). El cántico de agradecimiento de Jana (Shmuel I, cap.2) es una prueba más de que los cánticos no son propiedad exclusiva de los hombres.
La ejecución instrumental precede al espíritu de la profecía poética: “Y tomó Miriam la profetisa...el pandero en su mano, y salieron todas las mujeres en pos de ella con panderos y danzas. Y respondió a ellos Miriam...”. Nuestros Sabios dieron especial atención al poder de la ejecución instrumental, que despierta la inspiración divina. Sobre el versículo: “...Y cuando el músico tocaba, la mano de Dios estaba sobre él” (Reyes II, cap.3:15), dijeron nuestros Sabios: “La Providencia no se posa donde hay tristeza u holgazanería...sino donde hay
alegría por el cumplimiento de un precepto” (Pesajim 117, pág.1).
La apertura “Y entonces entonó Moshé y los hijos de Israel” es diferente a la de los otros cánticos bíblicos. Antes de “Haazinu”, está escrito: “Y dijo Moshé a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico...”; antes del “Cántico de Débora”, las palabras son: “Y cantó Débora y Barak hijo de Abinoam, en aquel día, diciendo...”; y la introducción al “Rezo de Jana” (¡también éste en lenguaje poético!), es: “Y rezó Jana y dijo...”. Puede ser que Miriam sintió amargura por el hecho de que el “mérito de la autoría” del “Cántico del Mar” no le fue dado a ella. El sentimiento de discriminación resultante, fue expresado en el hecho de que ella fue llamada aquí “hermana de Aarón” y no “hermana de Aarón y Moshé”. Miriam cargó por dentro esta sensación de discriminación hasta que reclamó a Aarón: “¿Acaso sólo con Moshé habló Dios? ¿Acaso no habló también con nosotros?”.(Números 12:2).
¿Será que podemos atribuir el “Cántico del Mar” a Miriam cuando el versículo de introducción al mismo dice: “Y entonces entonó Moshé y los hijos de Israel”? Nuestros Sabios dijeron: “No se puede determinar qué viene antes o después en la Torá” (Pesajim 6, pág. 2), es decir, que el orden de los capítulos de la Torá no refleja exactamente el orden histórico de los acontecimientos. Puede ser que el poema original que compuso Miriam no se haya conservado en su versión completa y la versión más tardía, -aquélla que cantaron Moshé y los hijos de Israel-, primero se conservó en la memoria de la gente y luego por escrito. Por eso, esta última fue escrita en primer lugar en la Torá, y sólo después el texto recordó el derecho de autora de Miriam sobre la versión original.
Se podría hacer una reconstrucción cronológica de qué vino “antes y después” con los versículos de la parashá “Beshalaj”:
“...Y tuvieron fe en Adonai y en Moshé, Su servidor...pues habían entrado los caballos del Faraón con sus carros y sus jinetes en el mar...Pero los hijos de Israel anduvieron por lo seco en medio del mar. Y tomó Miriam, la profetisa hermana de Aarón-, el pandero en su mano, y salieron todas las mujeres en pos de ella con panderos y danzas. Y respondió/exclamó a ellos Miriam: ¡Cantad para Dios, ya que Él ha manifestado Su glorioso triunfo, al caballo y a su jinete Él arrojó al mar!...Y entonces entonó Moshé y los hijos de Israel este cántico para Adonai y se expresaron diciendo: He de cantar para Adonai, ya que Él ha manifestado Su glorioso triunfo...”.
* Comunidad “Eshel Abraham”, Beer Sheva.
Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Asamblea Rabínica de Israel, Movimiento Conservador y Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.
Traducción: Rabina Sandra Kochmann
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