Interpretación y comentario
Franz Rosenzweig abre su libro “La Estrella de la Redención” diciendo que “de la muerte y del miedo a la muerte comienza el conocimiento del Todo...Todo ser mortal vive con miedo a la muerte; cada nuevo nacimiento agrega a ese miedo una nueva razón, porque aumenta los seres mortales”. (“La Estrella de la Redención”, pág. 45). Estas palabras fueron escritas por una persona que participó en la Primera Guerra Mundial. En esa guerra sangrienta aumentó el temor a la muerte. Rosenzweig vio morir a muchos de sus amigos y entendió que no se puede eludir el enfrentamiento con este tema tan difícil. Rosenzweig criticó con dureza la filosofía de “renegar esos miedos terrenales”. Rosenzweig fue uno de los principales exponentes de la filosofía existencialista en el pueblo de Israel. Una filosofía cuyo centro era el enfrentamiento a los problemas existenciales concretos, dejando de lado el pensamiento que se ocupaba de preguntas abstractas y desconectadas de la vida concreta del ser humano.
La Biblia no ignora el miedo a la muerte. La impureza, la pureza, la vida y la muerte son analizados ampliamente en el libro de Levítico. Y todos estos conceptos están relacionados con el concepto de “sangre”. Las ceremonias y los sacrificios que se ofrecían en el Gran Templo de Jerusalén estaban relacionados, en lenguaje simbólico, con el miedo profundo a la muerte y con el milagro de la vida. Al comienzo de la parashá “Tazría” se presentan las leyes relacionadas con el nacimiento de un niño o una niña (Levítico 12:1-7). La lectura de estos versículos genera muchas preguntas, porque hubiéramos esperado que la mujer que da a luz sea descripta como alguien que llega al máximo nivel de santidad, ya que la mujer que da a luz es como Dios: Dios Creó al ser humano y la mujer permite la creación de un nuevo ser. Sin embargo, en estos versículos leemos que la mujer está impura después del nacimiento. Esta impureza finaliza después de que ella “permanece en su sangre de purificación” durante treinta y tres días en el caso del nacimiento de un niño y sesenta y seis días en el caso de nacimiento de una niña. Esta conclusión es rara en varios sentidos: ¿Qué es lo impuro en la sangre antes y después del nacimiento? ¿Cuál es la característica especial de la “sangre de purificación”? ¿Por qué se exigen más días de “purificación” después del nacimiento de una niña? Considerando que en estos versículos, la pureza e impureza dependen de la sangre, trataremos de verificar las referencias al concepto de “sangre” en otros lugares de la Biblia:
1- “Y dijo: ¿Qué has hecho? ¡El clamor de la sangre de tu hermano clama hacia Mi desde la Tierra!” (Génesis 4:10).
2- “El que derramare la
sangre del ser humano, por medio del ser humano su sangre será derramada. ¡Pues a la imagen de Dios hizo Él al ser humano!” (Génesis 9:6).
3- “Pondrá el cohén de esta sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático ante Dios el que está en la Tienda de Reunión. Y toda la sangre del novillo derramará en la base del altar del holocauso el que está en la entrada de la Tienda de Reunión“. (Levítico 4:7).
4- “Ya que la vida de toda carne: su vida en su sangre está; por ello dije a los hijos de Israel: La sangre de ninguna carne no habréis de comer, ya que la vida de toda carne es su sangre. Cualquiera que la comiere será truncado”. (Levítico 17:14).
Las primeras referencias a la “sangre” en el libro de Génesis están relacionadas con casos de asesinato. En el libro de Levítico se presenta la prohibición, vigente hasta hoy en día, de no comer la sangre porque la sangre representa el alma. Hay que prestar atención al hecho de que en el libro de Génesis (citado más arriba en el punto 2) se trata de un caso de asesinato: “el que derramare” la sangre de un ser humano y el cohén debe “derramar” la sangre del sacrificio. Es de suponer que el uso repetido del verbo “derramar” no es casual. En el primer asesinato -el asesinato de Abel- la sangre “se derrama” sobre la tierra, y desde la tierra la sangre clama. El cohén debe “derramar” la sangre del sacrificio sobre “la base del altar... que está en la entrada de la Tienda de Reunión”, el lugar donde ocurría la conexión directa y constante entre Dios y el pueblo de Israel. El Cohén, de manera simbólica, devuelve el alma del sacrificio (su sangre) a Dios.
¿Y cuál es la relación entre el asesinato y el sacrificio, y las leyes del nacimiento? El milagro del nacimiento implica grandes peligros. El milagro del nacimiento puede terminar en muerte. La “impureza” simboliza la muerte; la “pureza” simboliza la vida. La mujer es descripta como “impura” en el momento de dar a luz por el gran peligro en el que se encuentra. Se exigen más días de purificación después del nacimiento de una niña, porque con su alumbramiento la madre trajo al mundo una nueva socia a la Creación divina. Esta aproximación a la divinidad exige una purificación especial. Aquí no hay un intento de ignorar el peligro de muerte. Aquí hay un intento de santificar la vida dentro del conocimiento total del peligro de muerte.
*Profesor de Pensamiento Judío, Instituto Schechter de Estudios Judaicos Jerusalén.
Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Asamblea Rabínica de Israel, Movimiento Conservador y Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.
Traducción: Rabina Sandra Kochmann
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