Postado por Jayme Fucs Bar em 11 de Agosto de 2011 às 7:15pm
Interpretación y comentario
Hay una gran diferencia entre el discurso de advertencia al pueblo de Israel en la parashá "Devarim", y la forma conmovedora en que se dirige Moshé a Dios en nuestra parashá.
"¿Cómo habré de soportar yo solo vuestra molestia y vuestra pesadez y vuestro pleitear?" (Deuteronomio 1:12): aquí Moshé cierra cuentas con el pueblo de Israel, sus líderes y los medios de difusión, por causa de los cuales el pueblo aceptó la explicación de los diez espías. Todos ellos fueron culpables por la gran pérdida que sufrió el pueblo de Israel al serle decretados 40 años de vagancia por el desierto. Moshé, el padre fundador, estaba amargado y enojado por el hecho de que él -que fue quien guió al pueblo- no tendrá el mérito de entrar a la tierra de Israel.
En nuestra para-shá, Moshé aparece resignado con el veredicto que recibe y trata, por última vez, de endulzarlo al dirigirse a Dios. También al pueblo de Israel se dirige en forma apacible y les recuerda las leyes y normas que les fueron entregadas; incluso elogia al pueblo de Israel porque no fue por el mal camino, detrás de Baal Peor.
"Pero vosotros, los que estáis adheridos a Adonai, vuestro Dios, estáis vivos, todos vosotros, hoy" (Deuteronomio 4:4).
Y entonces, como un gran líder, Moshé limpia la mesa y pasa el mando a su heredero Iehoshúa Bin Nun de una forma que no avergonzaría a ningún gran líder, incluso en la actualidad, en esta época en que los cambios de mando del Gobierno se volvieron tan frecuentes.
En su discurso en el ocaso de sus días, Moshé crea una base para una constitución legal, un himno, y establece una ley fundamental con una visión a largo plazo, que se constituye en la infraestructura del tejido social del futuro Estado.
La base de la constitución legal.- El moderno Estado de Israel sufre hasta hoy en día la falta de una constitución legal. Hoy, el establecimiento de una constitución es algo muy difícil por la estructura social compleja y dividida. Los Diez Mandamientos son la base de la fe israelita en la época bíblica. Nuestros Sabios determinaron la gravedad de la transgresión de cada uno de esos Mandamientos. Rabi Saadia Gaón consideró a los Diez Mandamientos como un bosquejo de todas las leyes: "Y esos Mandamientos son como el fuego y sus chispas, pues muchos preceptos brillan de cada Mandamiento".
Investigadores modernos, como Moshé Weinfeld, argumentan que los Diez Mandamientos son como una fórmula de definición social moral y quien no la cumple, se auto excluye del grupo de creyentes.
Los
Diez Mandamientos establecen la base de las relaciones entre Dios y el ser humano y de las relaciones entre el ser humano, su familia y la sociedad. Además, otorgan los derechos sociales básicos a toda persona. Los Diez Mandamientos representan la base de la constitución legal del futuro Estado que se establecerá después de la conquista de la tierra.
El himno.- Un himno es un poema que, generalmente, tiene una melodía, constituye el símbolo de determinada organización y represesenta a la misma y a sus valores. La lectura del "Shmá Israel", con la cual comienza y concluye el día del judío, cumple las funciones de un himno judío.
"Shmá Israel: Escucha Israel; Adonai, nuestro Dios, es Único", es una declaración que dice cada judío en cada generación. Se cuenta sobre Rabi Akiva que dio su último suspiro recitando el "Shmá Israel", y muchas generaciones de judíos fueron educadas con la idea del recitado del "Shmá" como expresión de exteriorización de su Judaísmo.
Moshé entendió que, además de una constitución legal, el pueblo que salía a la batalla necesitaba símbolos, por lo que él -antes de ceder el escenario a su heredero- compuso un himno que describía los principios de la fe y las exigencias básicas del creyente.
"Las ciudades-refugio".- La ley sobre las ciudades-refugio parecería un detalle al margen, especialmente cuando la tierra aún no ha sido totalmente conquistada. Sin embargo, Moshé decide separar tres ciudades del territorio conquistado en la margen occidental del río Jordán para que se constituyan en ciudades-refugio, en las cuales la persona que mató a otra sin intención pueda encontrar inmunidad ante la venganza de los redentores de sangre de la familia del muerto.
Moshé entiende que la inmunidad de la sociedad será establecida por la comunidad, hasta la neutralización de aquella costumbre que estuvo muy expandida y aceptada en esta región en aquella época. Una venganza de sangre lleva a otra venganza, y así en adelante. Una sociedad sana no puede caer en una cadena de asesinatos. Moshé, como líder realista, no anula la costumbre arraigada, sino que la neutraliza y permite el corte de un círculo de venganzas sangrientas.
Después de resignarse al hecho de que él ya está fuera del mapa histórico, Moshé ejecuta un proceso ordenado de traspaso del mando, y permite a su heredero ponerse al frente de un pueblo que tiene una constitución legal, un himno y una infraestructura sana para una vida social ordenada en el Estado que se establecerá después de la conquista de la tierra.
*Director de MARO"M (Unión Mundial de Jóvenes del Movimiento Conservador)
Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Asamblea Rabínica de Israel, Movimiento Conservador y Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.
Traducción: rabina Sandra Kochmann
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