La perasha de esta semana (porción semanal de la tora que se lee semanalmente) es del libro de Bamidvar (Números) cuarto libro de la Tora.

Esta semana continúa el relato del camino del pueblo de Israel por el desierto, así como los distintos episodios que les depara esta travesía. Perashat Balak cuenta del rey de Moab, Balak ben Tzipor, quien teme del pueblo de Israel después de la derrota de los reyes Sijon y Og (21:24, 35).

Bilam ben Beor

Bilam era un profeta de gran nivel, el cual Jaza"l lo comparan en grandeza con Moshe, nombrando a Bilam como uno de los siete profetas más grandes de las naciones del mundo antiguo (Bamidvar Raba 19-20). Incluso en el Pirke avot, Bilam es puesto en paralelo con Abraham, siendo el último el buen maestro y el primero el maestro malvado (Pirke Avot 5:22). En nuestro relato bíblico en verdad vemos que Bilam tiene comunicación directa con Dios, éste se le aparece en sueños y le habla (Bamidvar 22:8-10), y también es posada sobre él inspiración divina (24:2).

De tanto temer, Balak decide contratar los servicios de este gran profeta para maldecir al pueblo de Israel y así lograr derrotarlos, en un principio Bilam se niega a ir, porque el pueblo de Israel es un pueblo bendito y no puede ser maldecido, pero finalmente logran convencerlo y éste decide ir con los emisarios de Balak.

Bilam y su asna

En el camino de su casa a Moab, Bilam vive una experiencia tan pintoresca y surreal que supongo no olvidó en toda su vida. Bilam iba montado en su asna, cuando de repente un ángel de Dios con la espada empuñada se paró en el camino, éste no fue visto por Bilam, mas si fue visto por su asna. Por temor el asna se bajó del camino y se fue por un costado, Bilam no entendía porque lo hacía, de repente se apareció de nuevo el ángel y el asna se orilló más a la pared, lastimando con ésta la pierna de Bilam, este último enojado golpea a su asna, no una, sino tres veces, para esto el asna abre su boca y habla entableciendo un diálogo con este profeta, "¿qué te he hecho yo para que me hayas golpeado tres veces?", a lo que respondió Bilam, "¿Porqué te burlas de mi? si tuviera una espada en la mano te mataría ahora mismo", el asna volvió a preguntarle "¿No soy acaso tu asna , sobre la que has cabalgado tanto tiempo hasta hoy? ¿Te he hecho alguna vez cosa semejante?", y él respondió: "No" (Bamidvar 22:28-30).

Entonces los ojos de Bilam fueron abiertos y vio al ángel con la espada desenvainada en la mano y comenzaron a dialogar entre Bilam y el ángel, "¿porqué castigaste tres veces a tu asna? Si yo salí maliciosamente y ella se desvió del camino de frente de mí, y me vio el ansa y quiso apartarse delante de mí, si ella no me hubiese esquivado, yo te habría matado, dejándola a ella viva", y contestó Bilam, "He pecado por no advertir que estabas en mi camino, ahora si este camino es malo a tus ojos me volveré", el ángel respondió a Bilam "Ve con los hombres, pero dirás sólo lo que yo te diré" (31-35).

Analizando toda esta porción, vemos dos cosas, por un lado, el gran profeta, que está al mismo nivel de Moshe, siendo que el profeta es aquél que ve cosas que los hombres normales no ven, no logró ver lo que su misma asna vio, y no obstante que su asna le salvó la vida Bilam la golpeaba. De aquí vemos la segunda cosa que podemos entender de este fragmento, Bilam, antes de saber el porqué del comportamiento de su asna, directamente la golpeó, sin averiguar, sin entender, sin saber, siendo que ésta le estaba salvando la vida, si bien en el sipur el asna habló, cosa que no pasa en la vida cotidiana, pero si algo aprendo de esto, es pensar antes de actuar, entender el porqué de las cosas y no directamente ver la parte negativa, ya que puede ser que dentro de lo que esté sucediendo se esconde algo bueno.

A maldecir vino, al final bendijo

Bilam no pudo maldecir al pueblo de Israel "porque un pueblo bendito es" (12). En lugar de maldecirlo, salen de la boca de Bilam solamente bendiciones, "Buenas son tus carpas Iaakov, tus viviendas Israel" (24:5). El gran profeta de las naciones intentó una vez tras otra maldecir al pueblo de Israel, pero sin éxito, en lugar de esto bendecía una y otra vez al pueblo.

La ropa sucia se lava en casa

Como vimos arriba, Bilam después de muchos intentos no pudo maldecir al pueblo, porque éste es bendito. Pero al final de nuestra perasha nos damos cuenta que el pueblo de Israel no es tan bueno y bendito como fueron las bendiciones de Bilam. El relato cuenta que el pueblo se dejó llevar por la influencia de de las mujeres de Moab y comenzaron a ir tras ellas y a cometer idolatría, por lo tanto según cuenta el libro Bamidvar, dios se enoja y manda una epidemia que mató a varios miles de hombres que pecaron (25:1-9). Esta dicotomía en la cual por un lado viene un profeta de las ligas mayores, que está al nivel del gran profeta del pueblo de Israel e intenta maldecirlos, siendo que éste no lo logra, el castigo o la "maldición" llega internamente, no por parte de Bilam quien es una persona externa al pueblo, sino que el castigo viene por dentro, el pueblo peca y éste es castigado y por sus mismas fuerzas es perdonado, en el caso de nuestra perasha la epidemia se detiene hasta de Pinjas, nieto de Aharon mata a los lideres que hacen pecar al pueblo.

Qué entendemos de esto, cuando somos parte de un marco, ya sea la Tnua, el mercaz, la kvutza, no importa como seamos por dentro, debemos siempre mostrar unidad frente a aquellos que busquen separarnos, pero sabemos que no todo es color rosa y hay problema internos, los cuales obstaculizan que lleguemos a las metas que nos proponemos, estos problemas tenemos que solucionarlos entre nosotros y no mostrar nuestra debilidad, siempre y cuando mostremos fuerza hacia afuera no habrá Bilam que pueda venir a ponernos obstáculos, pero en el momento que haya un obstáculo o alguna debilidad tiene que venir un Pinjas con la iniciativa de arreglar la situación y salir de esta depresión.

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