La perasha de esta semana (porción semanal de la tora) es del libro de Dvarim (Deuteronomio) quinto y último libro de la Tora.
Nitzavim y Vaielej son las dos perashot más chicas de la Tora, según el año se leen juntas o separadas. Esta semana las leemos juntas.
Moshe esta despidiéndose del pueblo, estando todos presentes escuchando sus últimas palabras "vuestras cabezas de tribus, vuestros ancianos, vuestros oficiales de justicia, todos los hombres de Israel, vuestros niños, vuestras mujeres y los extranjeros que están en vuestro campamento, desde el talador hasta el aguatero" (29:9-10). Todos estaban presentes escuchando las palabras de despedida de este legendario líder que los dirigió desde la liberación y vivió junto con el pueblo todas las etapas de crecimiento hasta convertirse en un pueblo grande, maduro y listo para entrar a la Tierra de Israel.
Podemos dividir en tres fases los dos capítulos de la Perashat Nitzavim (sobre Vaielej hablaré más adelante). En primera instancia tenemos un tema que continúa de la perasha anterior – Ki tavo – con el conocido estilo del escritor bíblico de premio y castigo: qué pasará si el pueblo se porta bien y qué pasará si se porta bien. En esta primera fase habla de un pacto colectivo del pueblo y lo interesante es al inicio de éste, después que menciona que todos están presentes, dice: "Pero no solamente con ustedes celebro este pacto, sino también con los que no están presentes hoy" (29:13-14). Si ya dijo que están presentes todos y los mencionó ¿Porqué habla de personas que no están? Intérpretes sefaradim de la Edad Media y entre ellos Rab Itzhak Abarvanel, dicen que hace referencia a las futuras generaciones. El pacto colectivo previo a la entrada del Pueblo Judío a la Tierra de Israel no es solamente con la generación contemporánea al pacto, sino que es un acto colectivo contemplando a las generaciones futuras.
La segunda fase, después de detallar en la primera el premio y el castigo, siendo el último muy fatalista comparando la destrucción del pueblo con la aniquilación de Sodoma y Gomorra como castigo, el relator bíblico pone en boca de Moshe una opción para el pueblo, en esta segunda instancia las cosas no son blanco y negro, premio y castigo, sino da la oportunidad de cambio, de volver, de arrepentirse. El término bíblico es לשוב (Lashuv – volver) de aquí los sabios de la época de la Mishna y el talmud crearon el conocido término de la Teshuva – el arrepentimiento. Esta perasha se lee a una semana de Rosh Hashana y Yom Kipur, a una semana de comenzar un nuevo año. Todos tenemos la oportunidad de hacer un resumen y una reflexión, en términos bíblicos el mismo verbo לשוב es utilizado para decirle a la persona que al volver comienza de cero y tiene una nueva oportunidad, no todo está perdido.
La tercera fase que está directamente relacionada con la segunda y hace un cierre que la relaciona con la primera: "Y pongo como testigos al cielo y la Tierra, que les doy para elegir la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición y elegirán la vida" (30:19). Este pasuk (pasaje) fue visto por la mayoría de los intérpretes bíblicos, tanto antiguos como modernos como el anunciante al libre albedrío. El Rambam interpreta esta frase diciendo: "está escrito 'Te di frente tuyo hoy', quiere decir que la decisión está en tus manos y todo lo que desee el hombre hacer de los hechos del hombre ya sea bueno o malo". Toda persona es libre de sus actos y la decisión de cómo actuar está en manos del individuo y ninguna fuerza, ya sea terrenal o divina le dicta lo que hacer.
De esta forma cierra el texto bíblico, premio y castigo, oportunidad de reflexión y arrepentimiento, sabiendo que somos dueños de nuestros actos.
"No está en el cielo"
¿A quién le pertenecen los textos judíos? ¿Quién tiene la última palabra? ¿Para quién están dirigidos los libros y quién tiene la autoridad para decir qué o cómo éstos deben interpretarse, entenderse? La Perashat Nitzavim nos responde a esas interrogantes, "Porque la ley que te ordeno hoy no es oculta y no está lejos de ti, no está en el cielo" (30:11-12). Escrito está en segunda persona del singular y no por una cuestión general de gramática, sino para decirle a cada uno de nosotros que a todos nos pertenecen los textos judíos y no son propiedad de un solo sector o unos pocos sectores. De hecho en el Talmud hicieron referencia a esta frase cuando definieron que las decisiones que incumben al colectivo deben ser según la mayoría y no según una persona o un pequeño séquito (ver cuento sobre el horno de Ajnai, tratado Baba Metzia 59 pág. 2).
El entendimiento de este pasaje bíblico no sólo fue importante hace dos mil años cuando los sabios discutían y deliberaban, sino hoy en día, en la época moderna, en la cual no hay una forma de vivir el judaísmo sino varias y todas las variables son legítimas, porque no está en el cielo, está en la tierra, es propiedad del hombre, el mismo que tiene libre albedrío, lo que le da libertad en el pensamiento.
La despedida del líder legendario
"Les dijo, tengo 120 años, no podré salir ni entrar y Dios me dijo que no cruzaré el Jordan" (31:1). Así comenzó a despedirse Moshe del pueblo para dar inicio a una nueva era, la generación que había salido de Egipto cambió, la nueva generación que nunca fue esclava está a punto de entrar a la tierra que esperó 40 años mientras deambulaba por el desierto. Moshe vio a este pueblo crecer, madurar, llorar, quejarse, luchar, lo vio de todas las maneras posibles, si me pongo a pensar lo difícil que fue para Moshe en ese momento, creo que no fue el hecho que no iba a entrar a la Tierra de Israel – eso también le dolió – sino dejar al pueblo que cuidó y protegió incluso ante decretos divinos de destruirlos.
Y como debe ser en todo cambio de liderazgo, un nuevo líder tiene que recibir la batuta. Yehoshua bin Nun fue el indicado, quien llevaría y terminaría con la misión de que el pueblo se asiente libre en su tierra.
Mucho se habló de Moshe sobre sus cualidades de líder y esta perasha no es la excepción. Como dijimos el primero al mando se despide para dejar lugar a uno nuevo, el que se va conoce bien al pueblo que conduce (y después de 40 años aún más!), y quien mejor que Moshe para entender que el pueblo de Israel no es fácil, que no dejan de quejarse por todo y todo el tiempo cometen errores (después de 3000 años no cambió mucho). Si yo fuera Yehoshua renuncio el primer día, o ni siquiera tomo el trabajo, pero él no es yo y por lo tanto tomó el empleo.
Moshe supo no solamente pasar la información necesaria (ver también Bamidvar 32), sino supo también animarlo "Jazak Veematz (sé fuerte y valiente) porque tu vendrás con este pueblo a la tierra que Dios prometió y harás que se asienten en ella" (Dvarim 31:7). A veces no es suficiente dar información sobre lo que tiene uno que hacer cuando va a pasar el mando a otro, muchas veces unas palabras de aliento son más importantes que todos los datos juntos, mas cuando nuestro trabajo es con personas que sienten, temen, se alegran y entre otros más sentimientos que podemos sentir, por lo tanto unas palabras de aliento, de motivación, un "Jazak Veematz" porque lo que queda no es fácil, de hecho puede ser que venga lo más difícil, pero – así me imagino yo que le dijo Moshe – yo estoy seguro de lo lograrás y cumplirás con la meta.
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