La perasha de esta semana (porción semanal de la tora que se lee semanalmente) es del libro de Vaikra (Levítico), el tercer libro de la Tora.

Asi como la semana pasada, la perasha de esta semana continua hablando del los sacrificios que debían hacerse en el Mishkan (tabernáculo) – y en un futuro, después de asentarse en la Tierra de Israel – en el Bet Hamikdash (Templo).

El sacrificio, la pureza y el perdón

Se habla de diferentes tipos de sacrificios, sus funciones y las razones por las cuales hay que sacrificar. Está el sacrificio por impureza de la persona, para la expiación por algún pecado y el sacrificio de culpa por error, en otras palabras, cuando alguien peca por equivocación. En nuestra Perasha dice que al hacer el sacrificio, "…Y esparció la sangre en los cuernos del altar, alrededor de él purificándolo" (Vayikra 8:15), de aquí entendemos que la sangre del animal sacrificado tiene cierto poder de purificación, pero explícitamente no dice que quien se purifica es la persona, sino el altar. Cuando una persona quiere purificarse tiene "lavar sus ropas y bañarse con agua" (Vayikra 15: 8). De aquí entendemos que un impuro soluciona su problema bañándose con agua. Si juntamos las tres cuestiones, el sacrificio de la expiación o por el error, la purificación del altar con la sangre del sacrificio y la purificación de la persona con agua, podemos entender que el pecado de la persona impurifica el altar o el lugar santo, el cual podría ser también el Mishkan o el Bet Hamikdash, por lo tanto el sacrificio viene a purificarlos, la persona que peca tiene que arrepentirse de su pecado y el impuro tiene que bañarse con aguas.

El sacrificio como todos los pueblos

Como hablamos en la persaha de la semana pasada, el sacrificio en la época antigua viene a ser una conexión entre el pueblo y su Dios, y no solamente el pueblo de Israel sacrificaba, sino todos los pueblos, de hecho el Rambam explica porqué el pueblo judío hacía sacrificios: "Y era una tradición famosa en todo el mundo… sacrificar todo tipo de animales en los templos" (More Nebujim 3, 32), el Rambam continúa y dice que el pueblo de Israel copió esta tradición de los pueblos, aunque sea una forma de idolatría, sólo que – según dice el Rambam – Dios lo permitió como forma del trabajo y adoración a él.

Si comparamos las cuestiones de pureza de lugares santos entre el pueblo de Israel y los demás pueblos en el Medio Oriente antiguo (pueblos politeístas) los cuales veían a algunos de los sacrificios para la purificación de sus templos (así como el pueblo de Israel), pero con una diferencia, según los pueblos vecinos, ellos veían a la impureza como algo endemoniado, causada por especies demoniacas las cuales pueden dañar a los dioses[1].

La diferencia entre la fe de los otros pueblos y la fe antigua del pueblo de Israel, es que en el caso del segundo el hombre es la que causa la impureza del Bet Mikdash y no ninguna otra cosa, el pueblo de Israel expulsó a los demonios de su teología y le dio al hombre responsabilidad moral, sus actos influencian en el Mishkan o el Bet Mikdash, el cual es el lugar más sagrado para el pueblo y es el lugar donde que representa la unión del pueblo de la época antigua en su máxima expresión.

Responsabilidad colectiva

Si concluimos lo escrito arriba, si alguna persona del pueblo en la época antigua cometia algún pecado, éste tenía que arrepentirse para ser perdonado, por un lado, y ofrecer un sacrificio para purificar el Mishkan, por el otro, o sea, que su pecado lo impurifica y la sangre del sacrificio lo purifica, cabe aclarar y recordar las perashot de las semanas pasadas, en las cuales hablamos como fue construido el Mishkan y sus herramientas, y fue con trabajo colectivo y aporte de todos, cada quien daba lo que podía y hacia lo que sabía, si alguien pecaba, éste impurificó el lugar por el que todos trabajaron.

En nuestra rutina diaria no nos damos cuenta la influencia que tenemos a lo que nos rodea, tanto en cosas positivas, como negativas y como nuestros actos pueden afectar de alguna forma u otra al colectivo, tanto que no es suficiente la reflexión personal.

Si trato de traer esto a la Tnua, recuerdo algo que dijo un amigo ex-boger de Mexico, Ilan Fridman, él llamó al Ken (Mercaz) de la Tnua el "Templo educativo", por lo tanto debemos referirnos a él con cierto respeto, como toda institución educativa amerita y más si es un "Templo", el cual puede "impurificarse" por alguna acción que hagamos, cualquier cosa, incluso pequeña puede afectar el trabajo continuo de todos, y al revés también, si hago cosas positivas y trabajo con iniciativa, esto puede avanzar y seguir levantando el trabajo en conjunto.

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[1] Yehezkel Kauffman, "Historia de la fe israelí antigua"

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