En la víspera de Lag Baomer, este año será el sábado próximo al caer el sol, cientos de miles de israelíes se reúnen en terrenos abiertos para encender una fogata continuando la tradición que se inició en la época del dominio romano sobre Israel. Se prohibía el estudio de la Torá en ese día, por lo que los estudiantes salían al bosque para evitar a las patrullas de soldados romanos.
Hoy en día las familias con sus hijos se reúnen y festejan con las clásicas papas al fuego e incluso hay quienes aprovechan para asar carne. Al decir de un veterano piloto, “quienes llegan en estas horas al país por vía aérea pueden pensar que todo Israel arde en llamas”.
Como cada año, las autoridades municipales y los bomberos solicitan a los padres que cuiden a sus hijos alrededor de la fogata para prevenir accidentes.
Es una costumbre peregrinar a la tumba de Rashbi en Merón, que tiene sus comienzos en el siglo XVI. Las causas y el tiempo de esta peregrinación son discutidos por los investigadores. Se realizaban oraciones de redención, o deseaban tener una visión mística y descubrimientos de secretos, como se acostumbra a realizar en las tumbas de los justos, así como Rashbi dio a conocer secretos antes de entregar su alma. Los mustaarabim (judíos que inmigraron de las tierras orientales en la época medieval) provocaron una profanación de lo sagrado y de esta manera fue criticado por el rabino Iosef Karo y su tribunal, que querían anular estas fiestas. Es probable que esta fiesta haya comenzado en Tzfat solamente, sobre la tumba de Rashbi, y a partir de mediados del siglo XVIII se cpmenzó a festejar en todo Israel.
La canción “Bar Iojai” y similares, poseen explicaciones profundas del alma. Desde lejos venían a las tumbas del santo para participar en la fiesta de la “hilulá”. En distintos libros de expediciones se comentan los bailes que acompañaban “el encendido de fogatas” en Merón que se realizaban con gran entusiasmo y alegría. La gente arrojaba utensilios de gran valor a la fogata. Muchos de nuestros sabios tuvieron que juzgar esta costumbre hal0jicamente. Algunos estaban de acuerdo y otros prohibían. Había quienes prohibían totalmente la hilulá (como ser el Jatam Soler y otros sabios). En muchas comunidades como Kurdistán, Yemen, Babel y otras no sabían la costumbre de encender fogatas.
Hay quienes acostumbran a poner “pedidos” ante la sepultura de Rashbi. Los grandes del jasidismo lo convirtieron en un día festivo y realizaban un banquete como se acostumbra en las festividades o culminan el estudio del Zohar y se alegran como en Simjat Torá. A comienzos del siglo XIX acostumbraban los sefardíes de Tzfat en vísperas de Lag Baomer a dirigirse a Merón con los rollos de la Torá, con bailes y cantos bajo una adornada jupá.
Con el correr de las generaciones se trató de destacar la relación entre Moshé Rabenu y Rashbi. El 7 de Adar, nacimiento y fallecimiento de Moshé según la tradición, cae el mismo día en la semana que en Lag Baomer (día de fallecimiento de Rashbi) y ese mismo día es el cuarto de la fiesta de Sucot, día de recibimiento de Moshé - FONTE AURORA