En qué creen los que no creen (por Darío Sztajnszrajber)

Iom Kipur

Darío es filósofo argentino, profesor de la Universidad de Buenos Aires y del seminario rabínico Latinoamericano.

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-Estoy muy contento de estar acá. Quiero agradecer a todos los que me invitaron y la recepción que tuve desde que llegué, con mucho amor que no es poco en el día de Iom Kipur. Traje un par de ideas con las que vengo trabajando en Argentina en sintonía con Bernardo Sorj. Es una serie de ideas que lo que buscan es problematizar los judíos; no porque los judíos sean un problema, al revés. Me parece que en general vivimos institucionalmente una comunidad que se maneja demasiado en el ámbito de las “tartejas”. Problematizar a los judíos tiene que ver con tratar de abrir esas zonas en las que por lo menos en la realidad institucional del país se nos presenta un judaísmo bastante cerrado, demasiado crítico y con un objetivo ligado estricta y directamente con cuestiones de administración de la aliá judía, o sea con el poder. En ese sentido lo primero que deseo contar es que hurgando, buceando en tratando de entender qué es lo judío, buscando lo que se llama la desilusión del judaísmo, después de años y años llegué a esta respuesta: Lo judío no tiene definición. Esto no significa que no haya que buscarla. Una cosa es que algo no tenga definición y otra es que suspendamos la búsqueda. Yo creo que el sentido de la vida no tiene definición. Porque justamente el sentido de la vida es buscarle el sentido a la vida. El que cree que agota el sentido de la vida porque lo encuentra y suspende la búsqueda probablemente se esté perdiendo de lo más maravilloso que tiene la vida que es estar permanentemente buscándole sentido. Pasa como con la felicidad.; uno cree que la felicidad es un lugar al que se arriba. Y en realidad la felicidad esta en uno, si arribáramos a la felicidad probablemente dejarían de tener sentido muchas cosas, ya no tendríamos que buscar. Definir es una vocación. Buscarles un sentido a los judíos es parte de nuestra identidad. Pero otra cosa es encontrarlo, establecerlo, estigmatizarlo y crear todo un sistema normativo y administrativo en función de esa certeza generando algo bastante problemático, que es que nos encontramos con un mundo judío en el cual toda definición de judaísmo necesariamente deja a muchos judíos afuera. En otras palabras el problema con el que uno se encuentra es que hay más judíos que judaísmos. Toda definición conceptual de los judíos, todo intento de ponerle un límite a qué es ser judío en el día de hoy en el momento focal en el que vivimos, en estas sociedades de identidades múltiples termina siendo un sistema, un dispositivo de exclusión. Falta definir una palabra que etimológicamente es clara. “Definido” es poner fines. “Delimitar” es poner límites. “Determinar” es poner términos. Cuando queremos definir un concepto lo que hacemos básicamente es colocar un fin para distinguir qué es parte de ese concepto y qué no lo es. Cuando a los judío intentas definirlos judíos aparece un límite. Entonces decimos quien pertenece, y quien no. Ya decía un filósofo pensador Michelle Foucaut que toda la cuestión de saber, toda la verdad, es siempre una cuestión de poder. Porque de algún modo logra instalar una verdad como una verdad naturalizada. Puede ejercer entonces, el manejo del poder sobre esos esquemas. En ese sentido cuando uno se encuentra con las diferentes definiciones de judaísmo que se establecen como genuinas, verdaderas, auténticas rápidamente uno entiende como lo que se está ejerciendo es un dispositivo que lo que intenta es demarcar a quien pertenece y a quien no pertenece ejercer el poder.

La definición tradicional de judaísmo y vale subrayar que es una definición tradicional, dice así: judío es quien es hijo de madre judía o de quien se convierte al judaísmo. Según las normas establecidas a tal efecto. En Argentina la llamamos despectivamente como la ley del vientre, porque tiene como una connotación biológica casi vacuna, como que estamos clasificando diferentes razas de vacas, cuales pertenecen o cuales no pertenecen a una determinada línea.

La ley del vientre es una manera de definir lo judío, el problema con que nos encontramos en la vida judía contemporánea es que hay muchísimos judíos que no nos sentimos identificados con esa definición, pero hay un problema mayor, hay un montón de judíos que nos sentimos judíos pero que sin embargo la definición de la ley del vientre nos deja afuera.

Ese es el caso mas prototipito de cómo definir lo judío termina convirtiéndose en un ejercicio discriminatorio, porque establece quien claramente quien puede ser parte del colectivo y quien queda afuera.

Yo creo que no hay un judaísmo , como que hay judíos que intentan cada uno en sus ámbitos, en sus comunidades, dándole sus perspectivas, diferentes interpretaciones de lo judío, buscan cada uno de ellos su propia identidad, hay veces que esas identidades llegan a acuerdos, y a veces esas identidades no llegan a acuerdos.

Quienes insisten en encontrar un fondo común que reúne a todos los judíos, es a mi entender poner una alambrada; y tal como se encuentra la fragmentación de la vida judía hoy, necesariamente toda alambrada deja judíos que se sienten judíos afuera de la posibilidad de vivir su vida judía.

En el caso argentino, yo se que aquí en Uruguay es diferente, esto tiene una consecuencia directa para quienes sienten rechazo, abandono, exilio de muchos judíos de las instituciones. Saben que el último censo que se hizo en Argentina sobre vida judía en Buenos Aires, en realidad en el Gran Buenos Aires, establece en el último estudio sociodemográfico que hay 214.000. En toda la Argentina hay 265.000, hay toda una tradición de comunidades judías en el interior de la Argentina que en los últimos años han migrado una gran cantidad de los 214.000 que se entiende que hay en capital federal, en el gran Buenos Aires solo el 39 % ha asistido por lo menos una vez en el año a una institución judía, ya que tenemos un 60 % que no pisan las instituciones comunitarias Y se sienten judíos y cuando se les pregunta ¿usted concurrió? Si, ¿y como vive su judaísmo? Bárbaro. ¿y por donde expresa su judeidad? Por un montón de lados, pero no desde un lugar que me dejan afuera. ¿Y porque te dejan afuera? Porque me piden el carné en el cual tengo que dar crédito que encajo en la definición que ellos mantienen que es ser un buen judío. Y esta situación se acrecienta en los últimos años ya que como muchos de ustedes sabrán, una de las instituciones contra las que tenemos en Argentina, La Amia, está en manos de la ortodoxia, que es una de las que mas insiste en el establecimiento como dijo desafortunadamente el presidente de La Amia, cuando en sus primeros comunicados de su gestión, insiste en establecer la diferencia entre los judíos genuinos y los judíos no genuinos , en mi barrio les decíamos bastardos de los que muchos de nosotros somos parte y con orgullo. En este sentido creo que la vida judía es diversa, el mundo judío es amplio, creo que no hay definición de judaísmo y creo que lo que hay si, hay una especie de emotiva, ética, que si hay que encontrarle un concepto y para no contradecirme con lo que digo, quiero encontrarle no una definición, sino un “aire definiciónal” yo supongo en ese sentido como un judaísmo por auto identificación o sea de última si hay que poner algún parámetro, el parámetro es judío es el que se siente judío, y sentirse judío no es no es estar a la noche en la casa rascándose la panza y decir me siento judío. Hoy a la noche y mañana, sentirse judío tiene una connotación práctica, y sentirse judío es hacerse un efecto directo en las acciones cotidianas, porque como cuando se siente enamorado obra con amor, porque si uno se siente de izquierda realiza en su vida cotidiana – no todos, otro de los problemas que tiene la izquierda pero debiera- si uno se siente de izquierda, si pasa frente un acto de discriminación debería levantar la voz, realizar acciones concretas de aquello que se siente.

Creo que realmente la victoria de nuestra cultura es una victoria de mixtura, es una victoria – y me la juego ahora – contra otros conceptos “cucos” es una victoria de asimilación, y no entendiendo asimilación como algo negativo. Una historia de asimilación en el sentido de integrarnos superadamente con ese otro que también nos constituye. Yo no estoy, o cada vez entiendo menos el pensamiento que postula que la continuidad judía está en la pureza con que los judíos se han sostenido a través de la historia, eso es ilógico o bien de una ignorancia histórica concreta porque si algo ha caracterizado al pueblo judío es a partir de su dispersión –de ahí viene la palabra diáspora- en la cual nosotros nos encontramos, es su permanente contaminación con el otro. Otro que nos ha ido constituyendo todo el tiempo nuestra judeidad. Y eso es lo más interesante, lo más rico que tienen los judíos, esa apertura que lo hace ser todo el tiempo, transformándose, resignificándose. No es lo mismo leer la Thorá desde un paradigma helénico, que desde un paradigma sefaradí. No es lo mismo leer la Thorá desde Montevideo, que desde Francia. No es lo mismo leer el libro de Jonás siendo vecino de un musulmán en los suburbios de París, que estando en New Cork. No es lo mismo un judío brasilero, que un judío uruguayo, no es lo mismo. No es lo mismo un judío de Montevideo con un judío de Rosario. No es lo mismo en Buenos Aires un judío del Once que un judío de Belgrano.

Porque no hay una esencia de lo judío, porque lo judío es lo otro, porque lo judío nació siendo lo otro.

Se acuerdan del nacimiento? Mítico, no? El relato fundacional, los relatos que el hombre escribe para construir su propio origen. Origen que no importa si existe o no existe, sino que está en la base de la que uno necesita construirse para darse a uno sentido.

Mejor lo relato. Nuestro origen es el exilio. Es un Abraham que escucha una voz que viene alumbrando -según génesis 11- con su padre de …aldea y en génesis 2 escucha una voz que le dice: Vete de la tierra de tu padre!, Vete de la casa de tu padre hacia un lugar que yo te voy a mostrar, Vete!

Una voz que dice: Partí! Un partí de lo propio, abrite a lo otro. Extranjero fuiste en la tierra y por eso debes, te debes –de deber- al otro. Es una máxima ética de las más importantes de la tradición judía.

Es muy interesante la disección que se hace de nuestra fuente judía, en nuestra literatura judía, una disección que a mí no me preocupa en la medida que uno acepta y asuma que no existe un Corpus canónico normativo de lo que es la filosofía judía. El Talmud sigue abierto. Lo han seguido escribiendo. Lo escribió Kafka, lo escribió Benjamín, incluso Marx siguió escribiendo el Talmud. El problema está en la gente que cree que el Talmud está cerrado y que el Talmud dicta las normas del verdadero judío.

Entonces diseccionamos la literatura judía por el lugar que nos conviene, leemos las…que a nosotros, a nosotros no, digo que al poder le resulta conveniente leer, pero las que no les resulta conveniente leer, no las lee. Entonces no leemos como las hijas de Loth violan a Loth, violan al padre. No leemos el episodio del hijo de Abraham con la esclava y como Sara lo echa, no leemos que después de los 10 mandamientos, hay una serie de mandamientos menores, uno de los cuales por ejemplo dice “deberás ser siempre generoso con la viuda, el huérfano y el extranjero” pero no importa porque uno disecciona como quiere.

Qué es un judío secular? Gran tema este.

No voy a entrar en la cuestión histórica, es verdad que al entrar en la modernidad hay una tradición judía ligada a lo que llamamos religión.

Ustedes saben que la palabra religión no es una palabra judía, en la tradición judía con todas sus mixturas fue incorporando la idea religión.

Es un término muy interesante, tiene dos etimologías, que de algún modo generan un debate, una oposición.

Saben que la etimología parece ser una disciplina medio lingüista, parece tener un aire a ciencia exacta. Una vez leí, no hay nada más ideológico que una etimología. Si uno logra generar, naturalizar el origen del significado de una palabra, después la palabra significa lo que uno quiere.

Entonces de religión hay dos fuentes, está la famosa “religare” que significa “volver a mirarnos con aquello de donde provenimos” que es una idea de la religión más ligada a la trascendencia, ero también está la etimología que viene del griego “releguere”. Ahí está metida mixtura, logos, lectura, está metida reunión, está releer. En verdad religión es mucho más que esto, releer los mismos textos, pero no importa de quien estamos hablando, si existen o no, sino que hay algo que nos junta, que tenemos que volver a leer los mismos textos siempre de un modo diferente. Decíamos en este sentido que el judaísmo proviene de una matriz religiosa, evidentemente con el lugar que tiene Dios como revelador de las normas que hay que cumplir para ser judío. Pero que en el medio de la dispersión judía por el mundo nos agarra, sobre todo en Europa la modernidad y la modernidad genera este bicho raro porque no termina de cuajar con nada de lo que Europa entiende que alguien tiene que poseer para tener una identidad.

Entonces el europeo le pregunta al judío ¿lo de ustedes es una religión? No, es más que una religión. ¿Pero entonces es una nación? No, porque hay judíos que no entendemos que somos parte de la nación. ¿Pero entonces que son? ¿Un pueblo? Y más o menos porque uno puede convertirse ¿Es una cultura?

Es tanto que rompe, tanto amorfo, mixturado, en el buen sentido complejo, que escapa a ese facilismo que necesita Europa en la búsqueda de la identidad. Europa no le perdonó al judío que no se definiera. No le perdonó.

¿Qué sos alemán o judío?

No, bueno, soy judío y alemán

No podes ser judío y alemán. O sos judío o sos alemán.

NO, bueno soy judío, soy alemán

Entonces sos de religión judía

No, pero soy secular, Soy judío, soy alemán, pero no creo en Dios

Pero si sos judío, sos alemán y no crees en Dios, sos sangre de otra nación, andate a Israel.

No porque soy judío, soy alemán, secular y soy judío diaspórico y soy idishista.

Evidentemente, Europa no toleró el problema judío y trató de resolver el problema judío como se tratan de resolver todos los problemas con una solución definitiva, final y así nos llegó la shoá.

Pero esa especie de lugar problemático en que la Europa coloca al judío por no entender, o no querer entender la identidad desde la definición. Por eso me indigna, cuando desde el interior mismo del mundo judío, se busca encontrar una definición fria de lo judío, ese tipo de mecanismo fue el que nos condujo a los campos de exterminio.

La necesidad de resolver lo judío y no admitir que los seres humanos somos antes que nada seres inciertos, seres ambiguos, seres contradictorios.

Yo creo que hoy vivimos en un momento donde la separación entre religión y secularismo ya no explica la complejidad del mundo en el que estamos. Creo que lo que muchos llamaban la muerte de Dios, que lo podemos traducir en un mundo sin verdades absolutas. No sólo deja sin efecto la verdad de la religión, sino que también deja sin efecto la verdad del ateísmo.

Digo que el ateo y el creyente comparten algo: los dos creen en una verdad. El ateo cree que Dios no existe y el creyente cree que Dios existe, el problema es que no hay más verdades ser ateo o creyente de manera tan pactativa. A mi entender es un problema.

Creo que en el presente poder pensar en nuestra relación con el sentido de las cosas es una relación metafórica, que nuestra relación con el sentido de las cosas es una relación-diría la ciencia- de hipótesis, de conjeturas de provisoriedad. Hay que realmente sostener una verdad como que Dios no existe o que Dios existe. Yo prefiero la búsqueda. Yo sostengo que no tengo todas las respuestas, hay una situación que sobrepasa, esa apertura que comienza en ese lugar que soy conciente que no lo se todo y estoy sobrepasado. Esa apertura, la pregunta, búsqueda, eso es para mí la religiosidad. Una religiosidad sin religión, una religiosidad que tiene que ver con esa etimología de “releguere” o sea volver a leer los mismos textos, a preguntar las mismas cosas desde lugares distintos. Entonces, Darío sos religioso? No, en un sentido tradicional, pero no les quiero dar –ya les he entregado- a los religiosos el monopolio conceptual de los …..,el monopolio conceptual….., incluso les he entregado a los religiosos el concepto de Dios. El concepto de Dios no es de los religiosos también es de los filósofos, la diferencia es que los religiosos justamente hacen de Dios algo cerrado, los filósofos hacemos de Dios algo abierto. Decía Fernando Pessoa –cita que me proveyó Hugo Mujica-“Dios existe pero no es Dios”, un poco me parece que se trata de eso. Creer en Dios es algo que cierra el mundo, hace que Dios, cualquier cosa menos de Dios. Lo interesante es eso asumir nuestra condición humana, nuestra condición finita y entender que en este lugar en el que uno se asume, limitado, no hace otra cosa como ejercicio creativo de poder saber más. Que nunca se plebiscita, es odiosa.

Pienso en algún sentido que escuchó Abraham que no existió, ni Abraham, ni la voz, pero no importa, ese relato no importa si es verdadero o falso, es nuestro. Eso es lo que importa y como es nuestro hacemos con él lo que se hace con los relatos. Nos peleamos, los cambiamos, le sacamos una parte, los damos vuelta, los resignificamos, nos peleamos con el que lo lee de otra manera. Lo grave es el que se apropia de ese relato y te dice ese relato no te pertenece porque no sos hijo de vientre judío, ahí está el límite, límite intolerable, eso es lo que hay que combatir. Democracia para los demócratas, decía Lok, democracia para los demócratas.

Vamos ahora al tema de Iom Kipur, complicado este tema ¿qué nos dice Iom Kipur?

Yo no voy al templo, los templos no me representan. No me representan por ahora, me representaron en algún momento, nunca me representaron desde un lugar de santuario, me representaron dentro de otro contexto, porque iba al templo con mi abuelo. Entonces iba al templo con mi abuelo en Iom Kipur. Este hecho de ir con mi abuelo al templo en Iom Kipur es un recuerdo, una memoria que tengo escrita que hace a mi identidad judía. Para mi no es poca cosa sentir que en Iom Kipur me pasa algo y que en algún sentido-si yo-por una cuestión de la vida tuviese que ir al templo que iba con mi abuelo, seguramente, en ese acto de ir, lo judío va a estar en mi muy patente.

Es decir lo que por ejemplo lo judío pasa por ninguna otra normativa que no sea por aquello que me convoca, trasciende cualquier definición conceptual, hoy me convoca un dolor, me convoca un barrio, me convocan imágenes del pasado, de mi adolescencia, de mi infancia, me convoca el olor a comida de la casa de mi mogue, en las fiestas judías me convoca una actitud, verlo a mi abuelo que ya no esta, ir con el al templo, no es poco; No es poco porque creo que todo empieza ahí, jarena por ejemplo decía que, de cualquier comprensión emocional hay una exposición del hombre hacia las cosas, una tradición, primero esta la emoción, La emoción se une –podes ponerle el sentido que quieras, ahora ojo porque cuando ese sentido se vuelve un gueto, una muralla, un sistema de exclusión, vamos a dar pelea, pero primero va a estar la emoción, para mi lo judío pasa por la emoción, cuando digo que judío es el que se siente judío, verbo sentir, tiene un aire de emoción, hay una misma lógica, que a mi me lleva a escribir por ahí –y por eso me tiran con las sillas- que lo judío es un hecho estético, lo estético esta tan mal visto, parece como cirugía estética, o cuando uno va al doctor, siempre carga con estas cosas diciendo que para el en realidad lo que tiene una estética judía son los lugares, porque ellos se visten de judíos, no? Pero yo creo que la palabra estético viene del griego accesis, que significa sensibilidad, emoción, perfección inmediata.

El festejo por un lado, no son dias cualquiera – para mi- no son lo que el judío religioso tradicional dice que tiene que ser , porque para mi nada es lo que otro dice que tiene que ser, básicamente, pero luego no son días distintos porque son días , en el que se hagan muy fáciles las cosas. Y me conecto con mi Talmud, mi talmud en este momento es un doctor francés que murió hace poco, llamado Derrida, que es un comentarista maravilloso, formidable, un judío argelino francés, que en realidad era de familia judía francesa nacida en Argelia, un comentarista llamado Wareinsteing, decía, poco queremos que se entienda lo que escribe Derrida, teniendo que vivir en la Argelia que odiaba a los judíos y a los franceses. Lo cierto es que Derrida tiene dos conceptos judíos muy importantes que pasa a relucir en la última parte de su obra, que son; Los suprapegos de la hospitalidad, un tema clave y que lo retro trae a fuentes griegas y a judías y el otro es el tratamiento que hace Yortime del cual traje un texto que se llama “El siglo del perdón” es un texto que en realidad escribe Mirendiong, como para tirar asi otra polemiquita, hay un pensador llamado Yanquelevich que escribe un texto que se llama “Lo imprescriptible”, lo irreparable, donde dice : todo puede ser perdonado menos el nazismo. El nazismo es imperdonable y Derrida sale a dialogar con él no a pelearse, a poner en escena la discusión entre el perdón y la justicia, tema de Iom Kipur. El tema que representa en los templos de Iom Kipur es el libro de Jonas. Cuenta la historia de un profeta que desobedece a Dios.

Hay miles de libros con diferentes interpretaciones: porqué Jonas quiere que lo mate si logró el objetivo? Porqué Jonás huye?. Lo interesante es cómo se mezcla acá el sentido de la justicia y el perdón. Yo les quiero tirar aquí dos líneas. Jonás quiere que lo maten porque está enojado con Dios, porque para Dios el perdón es más importante que la Justicia y el pueblo hebreo es pueblo de ley. Cómo vuelvo a los míos? Se pregunta Jonás, explicarles que ellos no cumplan una ley y Dios los perdona. Muy interesante, cuál es el límite entre el perdón y la justicia.

Según comentarista bíblico, justamente la presencia del libro de Jonás en el Corpus bíblico viene a mostrar que Dios será un grosso, perdonará todo, pero que quede claro la voz de la justicia. O sea el injusto debe ser castigado.

Jonás no queda conforme y pide la muerte.

Derrida dice algo peor, el único perdón válido es perdonar lo imperdonable. Perdonar lo perdonable lo perdona cualquiera, perdonar al que me pida perdón, no tiene sentido, si me pide perdón, ya se dio cuenta, no necesita de mi perdón. Si yo perdono al que me pide perdón, transformo el perdón en un contrato, una relación económica, doy porque recibo, recibo porque doy.

Perdón=latín Per=completo don=Don

Dar decimos los judíos. Dar. Parece un ejercicio muy simple y sin embargo encubre muchísimas cuestiones.

Dar sin generar orgullo. Ni orgullo en el que da, ni deuda en el que recibe.

El Perdón es el Dar más completo, ese Dar más completo que es más importante que mi yo.

Perdonar lo imperdonable es entender que el otro es más importante que yo.

Es posible ese perdón?

Barrida dice No, es el perdón imposible, pero es el verdadero perdón.

Una cosa es lo que el hombre puede hacer, otra cosa lo que el hombre debe hacer.

Si me golpean la puerta de mi casa, yo debo ser hospitalario y yo debo abrirla, pero la verdadera hospitalidad, el verdadero perdón-es lo mismo- la verdadera hospitalidad no es con el que se lo merece ser hospitalario, es fácil abrir la puerta de mi casa al que cae bien, pero no sólo necesita de mi el que me cae bien, lo que me va a hacer diferente que le abra la puerta al que no me cae bien y si cuando abro la puerta ese que no me cae bien me invade y se va y se lleva lo mío, se lleva mis propiedades que no es lo mismo que lo propio aunque tengan la misma raíz,y si abro la puerta de mi casa y se llevan mis propiedades, arremeten, volveré a estar solo en mi casa y esperaré que vuelvan a golpear la puerta como dice la dinaf, y cuando la golpeen nuevamente que hago la vuelvo a abrir o me volveré una persona egoísta?

Y termino con esto, un texto que quiero mucho que tiene que ver con mi abuelo y con una amiga y dice así:

“ En Iom Kipur se recita…. En recuerdo de los seres queridos que ya no están. Una amiga me dice que es el día que se siente más judía que nunca, sólo le basta un día para darse cuenta, un día en que la vida se comprende junto con la muerte. Lo judío es celebración de la vida sobre un horizonte histórico de muertes, son seres queridos que ya no están, fueron sobrevivientes, los judíos somos sobrevivientes. Pero intentamos combatir la supervivencia vacua con lo creativo de la vida. Nuestra cultura va fluyendo entre lo que sobrevive y lo que quiere ser vida plena. Por eso somos extranjeros, el sobreviviente nunca puede permanecer atado, porque es difícil atrapar al que fluye, como es difícil aquietar el agua entre los dedos, como es difícil someter al que siempre está cambiando. Nuestra identidad se construye a través de la memoria y se desconstruye a través de la pregunta. La memoria ata, la pregunta desata esa es nuestra tensión constitutuva, es una identidad que nunca es idéntica a sí misma. Así como un sobreviviente errante lo judío cambia todo el tiempo, en el cambio dota a la vida de sentido y se aleja de la mera vida desnuda, porque lo judío no puede estancarse en definiciones vacias para no desnudarse. Lo judío es una memoria de la pregunta y una pregunta por la memoria. En la supervivencia no hay judíos porque no hay sentido, no se recuerda vientres sino gestos. Lo judío se construye como experiencia de una ética, es una experiencia elegida sobre un trasfondo no elegido. Mi amiga se siente en ese día más judía que nunca porque recuerda a su padre ateo, llorando por la mañana.

Iom Kipur es el día donde las almas se afligen. Es un precepto escrito, como si la aflicción pudiese ordenarse, como que la felicidad fuese una obligación y el amor una orden. El contra argumento es adolescente y confirma la aflicción y como debo afligirme en Iom Kipur no me aflijo. Lo que me aflige es tener que afligirme en Iom Kipur.

Entonces porqué lloraba el padre si era ateo? Para cumplir con el precepto?

La palabra religión parece venir tanto de religare como de releguere, releer, la religión nos reúne para releer aquello que nos une, que nos lía con intensidad y a los judíos nos reúne la relectura. La religión no es patrimonio de la norma, es la libertad de conversar con quien nos inspira la búsqueda.

El padre de mi amiga lloraba en Iom Kipur en recuerdo de los seres queridos que ya no están y ese día se sentía más judío que nunca.

Si le preguntaran a nuestros muertos por aquello que hubiesen deseado que continuara, no preferirían gestos, una lágrima , un tono, en los detalles habla lo distintivo.

El padre de mi amiga lloraba porque recordaba a su padre llorando en una sinagoga, cuando oía el sonido de ….., el sonido de los sobrevivientes. Mi amiga como su padre nunca pisó una sinagoga, pero en Iom Kipur se siente más judía que nunca.

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