Con optimismo, el próximo Año Nuevo augurará la concreción de nuestras aspiraciones por la paz, mayor seguridad y crecimiento económico, mientras continuamos esforzándonos por salvaguardar el futuro del Pueblo Judío y fortalecer los lazos entre Israel y nuestros hermanos judíos en la Diáspora. Cambios drásticos se extendieron por nuestra región durante el último año, cambiando - para siempre- el rostro de Medio Oriente. Fueron generados por una joven generación que luchó, con valor, para liberarse de las ataduras de los regímenes opresivos que los gobernaban, poniendo sus vidas en peligro mientras exigían, con firmeza, sus derechos básicos a la libertad, democracia, dignidad y trabajo. Hasta que pase la tormenta, resulta difícil pronosticar qué nos espera en el futuro pero, junto con los riesgos, el año entrante podría ofrecer estupendas oportunidades y posibilidades, y debemos tener el coraje y la previsión de aprovechar esta gran encrucijada para garantizar un futuro mejor. La tendencia hacia la democracia y la libertad en la región beneficiará, también, a Israel y podremos observar, de cerca, su progreso. También acontecieron cambios en Israel. El movimiento comunitario por la justicia social, surgido a lo largo del país, demostró que el Pueblo de Israel está comprometido y socialmente consciente, denotando el espíritu de solidaridad de unos hacia otros y hacia su sociedad. Están dispuestos a luchar por un futuro mejor para ellos y sus hijos, siendo, el resultado, una experiencia edificante : ser testigos de la presencia de cientos de miles de personas, alzando - al unísono - sus voces y, de manera pacífica, pidiendo por sus derechos. Aquí también existe una oportunidad de cambio, y no debe ser desperdiciada. Los judíos en Israel y en la Diáspora comparten un destino y un vínculo en común; son responsables los unos de los otros. Esos vínculos nunca deben debilitarse sino, siempre, fortalecerse y, para este fin, la educación de los jóvenes judíos sobre Israel, cultivando su compromiso hacia Israel, resulta de suma importancia. No menos importante es la educación de la juventud israelí acerca de sus hermanos y hermanas en la Diáspora, dejando en claro, a los jóvenes y los ancianos, tanto en Israel como en el exterior, que Israel pertenece a todo el Pueblo Judío, y que una fuerte relación entre Israel - Diáspora constituye el puente que nos conecta. Juntos podemos desarrollar una visión para el futuro del Pueblo Judío basada en los valores judíos de paz y Tikun Olam. El próximo año será un período decisivo para Israel, toda la región, y el mundo, con complejos cambios por delante. Mantenernos unidos mientras enfrentamos las amenazas existenciales, nos dará la fortaleza para triunfar. Pero, también, será un período de oportunidades, y espero que aprovechemos estas posibilidades para crear un año de crecimiento, compromiso y seguridad. Mientras aspiramos por un futuro mejor, desde Jerusalén, extiendo mis mejores y más cálidos deseos al Pueblo Judío en todo el mundo por un año de paz, dicha, buena salud y prosperidad. Shana Tová, Shimon Peres
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