Hoy a las 10.00 AM, hora de Israel, entrará en vigencia una tregua humanitaria de cinco horas entre Israel y Hamás. Esta vez, ambas partes dieron su consentimiento de antemano. Fue una iniciativa de un enviado de la ONU y tiene por objeto permitir a los palestinos en Gaza adquirir alimentos y trasladar a los heridos a los hospitales. Israel enfatizó que “si se producen disparos por parte de Hamás durante la tregua, Israel reaccionará de modo acorde”.
Una fuente de seguridad israelí dijo que “espero que los jefes de Hamás salgan de sus escondites durante la tregua, para ver los daños ocasionados a Gaza por los ataques israelíes que ellos provocaron”.
Ayer, noveno día, fueron lanzados 150 cohetes contra Israel, el cual por su parte continuó los bombardeos de objetivos de Hamás sobre Gaza. 25 palestinos perdieron la vida, entre ellos cuanto menos 6 niños. Cuatro de ellos murieron mientras jugaban a la pelota en la playa.
Fuentes militares indicaron que, según una investigación preliminar sobre lo ocurrido, “el ejército atacó un blanco terrorista”. El ejército subraya que “no existe intención de dañar a la población civil no involucrada con los combates. Pero si en efecto se han producido muertes de esa clase, que se deben a la utilización cínica que hace Hamás de su población civil”. Desde el comienzo del operativo han perdido la vida 222 palestinos, por lo menos la mitad de ellos civiles.
En tanto, un diario egipcio informa que Hamás “tiende a retirar su oposición a un alto el fuego definitivo y aceptar la propuesta egipcia. Según fuentes palestinas, se producen en estos momentos contactos febriles entre los egipcios y el vicetitular del brazo político de Hamás, Musa Abu Marzuk. También el presidente Mahmud Abbas participó de encuentros con Abu Marzuk, con el canciller egipcio y con el secretario de la Liga Árabe.
Estados Unidos también entró en la imagen. El presidente Barack Obama dijo que su país hará todo lo posible por ayudar a hacer la paz entre Hamás e Israel. Agregó que “tiene roto el corazón, pero Israel tiene derecho a defenderse del ataque con cohetes que siembran el terror entre sus habitantes”. Subrayó que “Hamás continuó lanzando cohetes aun después de que Israel aceptara el alto el fuego”.
Cuatro chicos palestinos: análisis
Esto podía ocurrir. Lo llaman el “Síndrome de Kafr Kana”. En 1996, durante el operativo “Viñas de Ira” contra el lanzamiento de misiles Katiusha por Hezbollah desde el sur del Líbano, una fuerza reaccionó contra disparos que se realizaban desde un punto cercano a un campo de refugiados palestino, y éste fue impactado por error. En el bombardeo perdieron la vida nada menos que 102 civiles y cuatro soldados de la ONU. El incidente llevó rápidamente al fin del operativo. El primer ministro era Shimón Peres. El jefe de la fuerza que disparó: Naftali Bennett, actual líder de Habait Hayehudi y ministro de Economía.
Por eso Israel retrasa el operativo terrestre. El precio en vidas humanas que pagan los palestinos, sobre todo cuando se trata de civiles, y más aún cuando son niños, lo paga también Israel en el plano político, y en la opinión pública. En el momento en que comienza el operativo, también el aéreo, el reloj de arena comienza a correr, e Israel sabe que tiene el tiempo contado hasta ese “trágico error”.
Y cada vez es peor. Las víctimas pueden ser menos en cantidad, pero el impacto comunicacional es cada vez mayor. En este caso, corresponsales extranjeros, alojados en hoteles aledaños, habían estado jugando a la pelota con esos mismos chicos minutos antes, y al producirse el incidente volvieron corriendo, esta vez con sus cámaras. La cobertura fue desgarradora.
A pesar de los puntos que gana con estas muertes (y por ello no es casual su “política de subir a los techos” a la que obliga a su población), Hamás está apurado por terminar con este round con Israel. A ellos también se les acaba el crédito local, y el internacional fue en este caso prácticamente nulo, incluso en el mundo árabe. Pero tiene sus exigencias, porque en conseguir al menos un logro político les va el gobierno y el pellejo, literalmente hablando, y hoy presentará formalmente dichas exigencias a Egipto: apertura de los pasos con Egipto, fin del bloqueo de materiales de construcción que todavía mantiene Israel, liberación de presos del acuerdo por Gilad Shalit, reapresados luego del secuestro de los tres chicos en Gush Etzion por haber violado la libertad condicional. Uno de ellos también volvió a la práctica terrorista cometiendo un homicidio nacionalista.
Israel también comienza a sentir la presión internacional, pero también tiene su agenda con vistas a este posible acuerdo. La idea es calma total durante el mayor tiempo posible. Que cese totalmente el disparo de cohetes, no solamente los actuales, sino también aquellos que tienen lugar por goteo durante todos los meses o años entre un operativo y otro, es sólo la primera exigencia. Israel aspira a crear una nueva realidad en Gaza, pues en esta dinámica que se le ha impuesto desde la década anterior, el intervalo entre un operativo y otro es cada vez menor.
Dicha nueva realidad deberá incluir, no la caída de Hamás, que debe permanecer como gobierno y como responsable, pero sí el desarme total de la Franja. También, como lo proponen voces como el ex vice canciller Dany Ayalón, un esfuerzo internacional conjunto por recomponer la economía gazeña, que permita elevar la calidad de vida de los habitantes y quite puntos de consenso a las organizaciones terroristas, empezando por Hamás, que gobierna el lugar con puño de hierro y estilo mafioso. En palabras de los palestinos de buena voluntad, que son mayoría en Gaza, se trata de “darles a los palestinos algo que perder”.
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