Parashat Koraj - Autor: Rabina Monique Susskind-Goldberg

Parashat Koraj Autor: Rabina Monique Susskind-Goldberg*

Interpretación y comentario
La haftará que acompaña a la parashá “Koraj” (Samuel I, capítulos 11-12), describe el final de la época de los Jueces. En el capítulo ocho, el pueblo pide a Samuel que corone a un rey. Según ellos, los hijos de Samuel que deberían ser quienes juzgarían al pueblo después de él no merecían hacerlo porque no siguieron el camino de su padre: “Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, pues fueron tras la avaricia, recibieron soborno y no hicieron justicia” (Samuel I, 8:3). El pueblo quería ser como todos los pueblos, con un rey liderándolos.
Samuel se opuso duramente a los deseos del pueblo. A su entender, esto era un golpe directo a Dios, Rey de Reyes, el Único que debe reinar sobre Israel (versículo 6). Pero el Santo Bendito Sea le dice: “Y dijo Adonai a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han rechazado a ti, sino a Mí me han rechazado, para que no reine sobre ellos” (versículo 7).
El pueblo se reúne en Guilgal y ahí Samuel corona a Saúl como rey de Israel. Samuel aún está sentido y dolido por el pedido del pueblo y por el rechazo a su liderazgo. Pero frente a todo el pueblo, él coloca a Dios y a Su elegido (el rey Saúl) como testigos y dice:
“Heme aquí, testificad contra mí frente a Adonai y frente a Su ungido. ¿El buey de quién he tomado? ¿El asno de quién he tomado? ¿Y a quién he oprimido? ¿O a quién he expoliado? ¿Y de mano de quién he tomado rescate para que me oculte mi ojo de él? ¡Yo os devolveré!” Dijeron ellos: “No nos has oprimido ni nos has expoliado ni has aceptado nada de mano de hombre alguno”. Les dijo a ellos: “Es testigo Adonai contra vosotros y es testigo Su ungido este día, que nos habéis hallado en mi mano nada”. Y dijo: “Es testigo” (Samuel I: 12:3-5).
Samuel pide testificar delante de Adonai y delante de Su ungido que durante toda su vida él se comportó con rectitud y justicia, no tomó nada de nadie ni hizo mal a nadie.
Estas palabras recuerdan las de Moshé en nuestra parashá. También allí hay una rebelión contra el líder. Además de Koraj y su gente, también se levantaron contra Moshé, Datán y Aviram de la tribu de Rubén. La razón oficial de la rebelión fue que Moshé no cumplió con su promesa y no llevó al pueblo a la tierra de Israel, sino que lo llevó a morir en el desierto. Moshé pidió hablar con Datán y Aviram para llegar a una conciliación. La reacción de Datán y Aviram fue clara: “No iremos” (Números 16:12). Moshé, que fue tras ellos para tratar de conciliar, se sintió profundamente dolido con esta respuesta, y así está escrito (Números 16:15): “Se enfureció Moshé mucho y dijo a Adonai: No aceptes su ofrenda; no he tomado de ellos ni siquiera un asno ni he hecho mal a alguno de ellos”.
Como Samuel, también Moshé declara que nunca tomó nada de nadie y nunca hizo mal a nadie.
En la Biblia, los gobiernos de ambos líderes son considerados como de rectitud y justicia. También nuestros Sabios vieron a Moshé y Samuel como modelos ejemplares de líderes ideales, y así está escrito en el Midrash Tanjuma, Parashat Shoftim, guimel: “Jueces y guardianes.... y es necesario que estén limpios de todo juicio, para que nadie abra la boca contra ellos, como Moshé y Samuel. Es decir, jueces y guardianes que no tengan nada que los pueda impugnar”. Los líderes del pueblo deben ser personas correctas y rectas, guardianes de la justicia.
Koraj, en nombre de la democracia, argumentó que cada uno en el pueblo puede ser líder, puesto que todo el pueblo es santo (Números 16:3). La santidad fue otorgada a todo el pueblo en el Monte Sinai. La santidad es un don. Pero ya aprendimos en la parashá “Kedoshim” (Levítico 19) que el sentido de “ser santo” es cumplir los preceptos de Dios y hacer justicia. El líder merecedor de ese puesto es aquél que es verdaderamente “santo”, como lo fueron Moshé y Samuel.
En estos tiempos tan difíciles que vivimos en el Estado de Israel, rezo para que podamos ser merecedores de líderes capaces que deseen con todas sus fuerzas ser “santos“, guardianes de la ley y de la justicia.

Estudio y análisis

Rabino
Dr. Alexander Even-Jen
Profesor de Pensamiento Judío, Instituto Schechter de Estudios Judaicos, Jerusalén
¿Cómo entender la rebelión? No se trata aquí de otra queja sobre asuntos materiales. Aquí se trata de una protesta contra la forma en que Moshé lidera al pueblo. Según las palabras de Koraj y de los líderes que se le unieron: “Se congregaron contra Moshé y contra Aarón y les dijeron: ¡Bastante para vosotros! Pues toda la asamblea, todos, son consagrados y en su seno está Adonai. ¿Por qué os enaltecéis por sobre la congregación de Adonai?” (Números 16:3).
1-¿Qué hay de malo en este pedido? Si es parecido a lo que pidieron Aarón y Miriam: “Dijeron: ¿Acaso solamente con Moshé ha hablado Adonai? ¡Ciertamente también con nosotros ha hablado! y lo escuchó Adonai” (Números 12:2).
2- ¿La demanda de Koraj es diferente a la de Aarón y Miriam?
3- Las palabras de Aarón y Miriam fueron escuchadas por Adonai. ¿Por qué ellos no tuvieron el mismo coraje que tuvo Koraj? Koraj se presentó directamente delante de Moshé y le dijo sus quejas de frente. ¿No era ése el camino correcto?
4- La crítica de Koraj también estaba dirigida contra Aarón. ¿Cómo se sintió Aarón cuando escuchó las palabras “directas” de Koraj, tan parecidas a aquéllas que él y Miriam dijeron “a escondidas”?

* Investigadora del Centro de Investigación sobre la Mujer en la Ley Judía del Instituto Schechter de Estudios Judaicos

Editado por el Instituto Schechter de Estudios Judaicos, la Asamblea Rabínica de Israel, el Movimiento Conservador y la Unión Mundial de Sinagogas Conservadoras.
Traducción: rabina Sandra Kochman
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