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Aurora, 10.2.2011 http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Mundo_Judio/35149/
Poner fin a la discriminación a los varones judíos Autor: Rabino Dr. Efraim Zadoff*
La legislación rabínica discrimina a los varones judíos como transmisores legítimos de la pertenencia al pueblo judío a sus hijos La ideología y la práctica sionista no religiosa acepta como judío a toda persona que por lo menos uno de sus padres es judío, ya sea la madre o el padre. Desde la formación de la Organización Sionista a fines del siglo XIX, toda persona que se identificaba como judío era aceptada a sus filas. Esto es cierto también en los movimientos juveniles sionistas. La Ley de Retorno imperante en el Estado de Israel mantiene esta posición. En base a esta interpretación de la tradición cultural judía es que cientos de miles de judíos de la ex Unión Soviética, cuya madre no es judía de nacimiento, pudieron convertir al Estado de Israel en su hogar. Este reconocimiento amplio de los judíos tiene sus raíces en una visión que fusiona dos tradiciones judías milenarias que con el tiempo fueron alternadas entre sí. De acuerdo a la tradición aceptada en las leyes de la Biblia, la pertenencia al pueblo de Israel se transmitía por vía paterna. La tradición que impuso la vía materna fue impuesta por los sabios de la Mishná y luego por los del Talmud (JAZAL) en los siglos I-IV de la era cristiana. La transmisión de la pertenencia al pueblo de Israel por vía paterna no es algo nuevo. En el Tanaj (Biblia hebrea) esto se refleja claramente en las narraciones referentes a la vida de los patriarcas como en las épocas posteriores descritas en los mismos. En la Torá (Pentateuco) se pueden hallar un sinnúmero de casos que presentan que patriarcas y líderes nacionales son hijos o descendientes por vía materna de mujeres extranjeras. Uno de los primeros es el de Menashé y Efraim, hijos de Iosef (José), hijo de Iaacov (Jacobo nieto de Abraham) y de Osnat, hija de Poti Fara, sacerdote de On en Egipto (Bereshit Génesis, 41:45). El redactor de Bereshit no encontró ningún inconveniente en el hecho que Osnat no era israelita y narra que Iaacov bendijo a Menashé y Efraim aún antes de hacerlo con sus propios hijos. Finalmente, los descendientes de Efraim se convirtieron en una tribu central del pueblo y en el componente primordial del Reino Septentrional de Israel. Siglos más tarde, cuando el cambio a la vía materna impuesta por JAZAL estaba ya arraigada en la tradición judía, escritos en el Midrash de Ialkut Shimoni (probablemente escrito en el siglo XIII e.c.) ven dificultad en el hecho que Osnat era egipcia y explican que Osnat era la hija de Dina, hija de Iaacov, o que realizó una conversión. En realidad pretenden solucionar de este modo la contradicción existente entre los escritos de la Biblia y la ley rabínica. Una situación similar, y tal vez la más conocida, encontramos en la genealogía del rey David, en la que para todos los comentaristas está claro que su bisabuela es Rut la moabita (Rut, 4: 22). También en este caso, tanto en las Tosafot al tratado Nazir del Talmud (siglos XII-XIII) como en el mencionado Ialkut Shimoni, nos cuentan que Rut se convirtió. El cambio en el Talmud a favor de la transmisión del judaísmo por línea materna es terminante. Sin embargo, en diversos lugares de la narrativa talmúdica perduraron tradiciones que relatan discusiones en las que algunos sabios sostienen que el judaísmo se transmite por vía paterna, aunque su posición no es aceptada como ley. Asimismo, es de destacar que la tradición bíblica que mantiene la línea paterna se mantiene hasta hoy en algunas comunidades judías, como ser los karaítas, los oriundos de Etiopía y algunos sectores de los oriundos del Yemen. Los fundamentos de esta modificación en el pasado y sus proyecciones sobre la realidad del pueblo judío no son claras hasta el presente. De todos modos, esta actitud discriminatoria respecto a los varones judíos como transmisores a sus hijos de la pertenencia al pueblo judío es sumamente problemática. En nuestros días esta halajá (ley rabínica) es insostenible frente a un análisis racional del tema. Desde una perspectiva objetiva de la naturaleza de la identidad judía o del compromiso para con el pueblo judío, no hay diferencia entre una persona que es hija de madre judía o de padre judío. Hasta ahora no se han hecho investigaciones del ámbito de la psicología social que demuestren la existencia de una diferencia de este tipo. Asimismo desconozco a alguien serio que piense resolver este interrogante con una investigación genética o que quiera revivir el concepto maldito del pasado cercano sobre “la raza judía”. El elemento determinante respecto a la relación con el pueblo judío es la decisión de los padres sobre el modo en que educarán a sus hijos y cómo ellos se auto consideran. Este análisis de la realidad judía actual traslada la discusión del ámbito no racional al plano relevante en el presente: la identidad real del ser humano. Todos los sectores religiosos en Israel y casi todos en la diáspora deberían reevaluar su actitud respecto a esta perspectiva de la identidad judía. Los judíos no religiosos en el mundo, incluyendo al movimiento sionista laico y los reformistas en Estados Unidos, que aceptan como judío legítimo tanto al hijo de mujer judía como al hijo de varón judío, ofrecen una posición razonable frente a la realidad judía actual. Las otras corrientes deben cancelar sus exigencias de una persona que “sólo” su padre es judío que pase una conversión o una conversión más “liviana” (guiur lekula) en comparación a la que debe hacer un no judío que quiere incorporarse al pueblo. Esta exigencia agravia a personas que se consideran a sí mismos como judíos, crecieron y fueron educados como judíos y se identifican totalmente con el pueblo judío. Asimismo, es una afrenta a la tradición cultural nacional judía. La imperiosa necesidad de realizar este cambio es muy relevante en la diáspora y urgente en Israel. Aquí las diversas corrientes religiosas ortodoxas, conservadora y reformista (el sector israelí) demandan de los cientos de miles de olim (inmigrantes) judíos cuya madre no es judía que realicen conversión para ser considerados judíos a efectos del registro y de la realización de las ceremonias de vida (casamientos entre otras). La urgencia de cambio en Israel se debe al hecho que en Israel no existe un registro civil y que los casamientos y divorcios deben ser registrados por la autoridad religiosa reconocida por el Gobierno, a pesar que la mayoría de las personas no son religiosas. Esta actitud se destaca especialmente como absurda ante la realidad que estos cientos de miles de ciudadanos israelíes se sienten judíos, están insertados en todos los ámbitos de la vida israelí incluyendo el servicio militar y mantienen una vida judía similar a la de los israelíes judíos no religiosos. Esta realidad es la que motiva que la absoluta mayoría de este sector rechace de plano la opción de conversión, demanda que considera ofensiva, y afirma con orgullo su identidad judía realizando ceremonias de vida inspiradas en la tradición y la cultura judías. El movimiento sionista que brega por reforzar la unidad del pueblo judío y el Estado de Israel que fue fundado por el mismo, deben acercar y abrazar a todos los que pertenecen y quieren ser parte del pueblo judío. La misión del movimiento sionista y de los líderes espirituales, culturales y nacionales del pueblo judío debe ser la de unir y no disgregar, terminar con los intentos de crear uniformidad y ocuparse en reforzar la unidad. Cesar en la promoción de escisiones en el pueblo y optar por una actitud que aspire unir, acercar y estrechar filas. Y el Estado de Israel debe aceptar este fundamento e implementarlo positivamente en su estructura administrativa. *Vicepresidente de la Federación Mundial de Judaísmo Laico Humanista efraimzadoff@gmail.com
Aos participante do Portal Judaismo Humanista, estamos oferecendo, GRATUITAMENTE, um exemplar do livro "AlefBeitzando em Hebraico - Cartilha do Idioma Hebreu" Edição Comemorativa aos "200 Anos da Presença Judaica na Amazônia". Para isso basta enviar (até dia 20 de junho de 2011) um envelope com seu próprio endereço selado com R$5,00 (cinco) e enviar para o endereço abaixo (este envelope será utilizado para enviar o livro pra você).
- Centro de Estudo Judaico Kol-Ivry
- Caixa Postal 7032/RODOVIARIA
- Porto Velho – Rondônia
- CEP 76820-970
Shabat Shalom.
Elarrat
Diretor
Seria pretensioso propor aqui objetivos, missões, metas e aquelas coisas solenes das organizações burocráticas. Mas eu gostaria de poder compartilhar aqui alguns sonhos, e o que percebo dos desafios... Tudo muito pessoal.
Por vivenciar profissionalmente o mundo Web e estar imbuído da visão das transformações que essa mídia já trouxe – e ainda está no comecinho – eu acredito que as formas tradicionais de organização comunitária, baseadas em burocracias hierarquizadas cuja sustentabilidade depende de esforço muito concentrado de poucas pessoas, vão evoluir para formas de organização em rede, viáveis pela somatória de um volume grande de pequenos esforços, e portanto mais democráticas.
Teremos um judaísmo mais plural e mais aberto para segmentos que hoje não encontram seu espaço nos ambientes que conhecemos. As minorias, seja em termos étnicos (tanto os conversos quanto os afastados), religiosos e espirituais (as correntes liberais, massorti e reformistas, e mesmo os que aderem a outros credos mas mantêm sua identidade judaica), e político-ideológicos (os que não abrem mão do compromisso universalista com a justiça, a paz e os direitos humanos para todos), quando somadas e agregadas nas várias gerações da comunidade, têm o potencial de ocuparem um espaço muito expressivo, mesmo que minoritário.
Acredito que, mesmo minoritários, se formos 20%, talvez 30% ou 40% , a visibilidade de nossa existência e vigor terá peso na formação da opinião dos judeus brasileiros, na influência da nossa comunidade em outras comunidades, e mesmo no fortalecimento de nossos irmãos em Israel que, também minoritários, estão na linha de frente defendendo bravamente um judaísmo e um sionismo éticos e respeitosos em relação aos direitos de outros povos. Eles, que hoje vivem o rolo compressor de um macartismo judaico, precisam de nós plurais, mais do que do nós monolítico.
Não é um trabalho para meses. Tem a extensão de uma geração. Nós que passamos dos 60 vemos que a turminha de 20 é mais idealista do que as gerações que nos separam. Vemos isso em todos os lugares, não especificamente na comunidade judaica. O pêndulo mudou de posição: vêm aí gerações generosas, que cantam conosco o Imagine de John Lennon, e cantarão conosco o We Shall Overcome, de Pete Seeger e Joan Baez com Martin Luther King. E cantarão conosco o Hatikva, do nosso jeito, com a esperança da paz e do convívio num Oriente Médio em que judeus e árabes se unem pelas respectivas democracias, contra as manipulações de Estados tomados por teocratas. Eu estou certo de que essas novas gerações herdarão com orgulho os ideais que formos capazes de lhes transmitir.
Temos o desafio de construir a ponte entre essas gerações. De sermos educadores e aprendentes.
E para isso contamos com a alegria, a cultura, o cinema, a música... e a construção da memória do papel que os judeus exerceram nas grandes lutas sociais dos séculos 19 e 20, desde o Bund, o movimento sindical, o socialismo dos kibbutzim, a resistência dos guetos, o jazz, o nosso Wladimir Herzog, o nosso Salomão Malina, o nosso Jacó do Bandolim, o nosso Sholem... Enfim, uma memória que não podemos deixar de passar para nossos filhos e netos.
Não será fácil. Não é trabalho para poucos. A Internet mostrou que um Obama pôde ganhar eleições com muitas doações pequenas. Nós teremos que mobilizar muitas pessoas com pouco tempo, mas nós as teremos: médicos, engenheiros, professores, psicólogos, educadores, cineastas, músicos, publicitários. Estamos até na Academia Brasileira de Letras, com o querido Moacyr Scliar.
Toda longa marcha começa com um primeiro passo. O nosso primeiro passo foi dado pelo Jayme Fucs Bar - Kol haKavod - ao criar a rede JH. Outros pequenos passos: um cabalat shabat aqui, outro ali, pouco a pouco se contaminando e aprendendo uns com os outros como motivar, engajar e dar voz às pessoas. Mas tenho certeza: em 10 anos teremos tido um impacto forte na capacidade de nossos jovens responderem com firmeza sempre que se depararem, por um lado, com um Protocolos dos Sábios de Sião na universidade, ou por outro, com a estreiteza de concidadãos que consideram natural aceitar todas e quaisquer ações de qualquer governo israelense ou de qualquer liderança comunitária. E teremos tido um impacto forte numa Hazbará, crítica, que virá dos nossos corações, e não forçada goela abaixo por uma coalizão política qualquer que esteja eventualmente no poder em Israel.
O vigor na capacidade crítica de defendermos a vida e o direito de todos os povos à existência com dignidade é o presente que deixaremos para as gerações que virão. E fundamentados na sabedoria de nossos profetas, rebes, filósofos, intelectuais, educadores e lutadores.
O grande desafio, que penso poder antecipar com base em experiências vividas em situações semelhantes que começaram de forma generosa mas terminaram de forma melancólica, é sermos humildes, segurarmos nossos egos, compartilharmos vitórias e fracassos, buscarmos fazer tudo com alegria e tolerância com aqueles que possam divergir de nós. Sem stress. Disposição para aprender e ensinar, na medida de cada um, sem donos da verdade.
Não será fácil. Mas é uma bênção podermos ter a oportunidade de estarmos juntos aqui agora. E teremos amigos, muitos amigos, em todos os cantos do mundo, para compartilhar nossas lutas e nossas alegrias e para somarmos nossas forças.
Estou otimista. E você?
Rir é o melhor remédio Por Marcelo Gleiser
http://marcelogleiser.blogspot.com/
Se a depressão e a tristeza afetam o organismo, me parece razoável que o riso possa atuar a seu favor.
OUTRO DIA, li na revista americana "New Yorker" um artigo sobre o "guru do riso" que anda atraindo milhões de pessoas. Não, não se trata de um comediante famoso, e sim de Madan Kataria, médico indiano de Mumbai que desenvolveu técnicas para induzir o riso nas pessoas. Segundo Kataria, o riso faz bem, tanto à saúde física quanto à psicológica. Seu movimento vem se espalhando pelo mundo e atrai muitas celebridades. Recentemente, Kataria apareceu no palco dos estúdios da Sony Pictures, em Los Angeles, ao lado da atriz Goldie Hawn. Quem entender um pouquinho de inglês pode ver vídeos do médico em ação em laughteryoga.org. Eu assisti e ri muito. Existe algo de contagioso no riso, mesmo quando começa forçado. E logo deixa de ser. Será que o riso pode melhorar sua saúde? Quem não acredita que rir só faz bem (quando não é malicioso, claro)? Se não gostássemos de rir, comédias não existiriam. Arthur Koestler, em seu livro "O Ato da Criação", argumenta que humor e criatividade têm muito em comum. Numa boa piada, existe uma ruptura lógica, um ponto em que a narrativa toma um rumo inesperado. É aí que rimos. Todo mundo sabe que piada explicada não é engraçada. Koestler diz que esse ponto de ruptura surge na criação, quando uma visão nova e inesperada surge dos recessos do inconsciente. Sabemos muito pouco sobre criatividade e riso. As ideias de Koestler deveriam ser mais exploradas. Vários estudos vêm tentando quantificar os benefícios médicos do riso. Se a depressão e a tristeza podem afetar negativamente o sistema imunológico, parece razoável que o riso possa ajudá-lo. Porém, de modo geral, os resultados desses estudos são contraditórios. Alguns dizem que o riso é mesmo bom para a saúde. Outros, que não faz diferença. Talvez os resultados ambíguos venham do tamanho relativamente pequeno dos estudos, ou porque em alguns deles o riso é induzido a partir de comédias na TV, como "O Gordo e o Magro" e "Abbot & Costello". O assunto é fascinante o suficiente para merecer estudos mais detalhados. Qual a diferença entre o riso dos humanos e o dos gorilas, que riem quando sentem cócegas? Será que rir de uma piada pode ser usado como teste de inteligência em computadores? Semana passada perguntei se máquinas podem se apaixonar. Será que podem rir? Ou melhor, ter senso de humor? Robert Provine, neurocientista da Universidade de Maryland que realizou estudos baseados na observação de pessoas em situações sociais, escreveu: "A melhoria da saúde a partir do riso permanece uma meta inatingida, mesmo que extremamente desejável e viável". Existem muitos tipos de riso, alguns relacionados com a comunicação entre dois ou mais humanos, outros fisiológicos, quando sentimos cócegas. Quando falei no assunto com leitores aqui nos EUA, recebi várias mensagens, algumas de pessoas com câncer, relatando como o bom humor faz com que se sintam melhor. Sei que quando olho para a minha estátua do "Buda Sorridente", me sinto bem. Talvez o nível de meus hormônios relacionados com o estresse decresçam um pouco. Mesmo que a ciência permaneça inconclusiva, vou tentar alguns exercícios de Kataria. Afinal, fora uma câimbra na barriga, mal não vai fazer.
Debate na Folha evidencia falta de consenso no Oriente Médio
DE SÃO PAULO
O primeiro debate promovido pela Folha em 2011, sobre os conflitos entre palestinos e israelenses, funcionou como espelho dos problemas da região: defensores de um lado e do outro não concordaram em praticamente nenhum dos pontos abordados.
Participaram a professora de história árabe Arlene Clemesha, a pesquisadora Bernadette Siqueira Abrão, o colunista da Folha João Pereira Coutinho e o cientista político Jorge Zaverucha. A discussão foi mediada por Rodrigo Russo, coordenador de Artigos e Eventos do jornal.
| Daniel Marenco/Folhapress | ||
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| Arlene Clemesha, Bernadette Siqueira Abrão, Rodrigo Russo, João Pereira Coutinho e Jorge Zaverucha |
INFLUÊNCIA ISLÂMICA
Em um dos primeiros pontos de atrito entre os debatedores, logo no início, Zaverucha, autor do livro "Armadilha em Gaza", caracterizou o conflito no Oriente Médio como árabe-islâmico-israelense e afirmou que a ênfase maior na questão religiosa é um fator relativamente novo.
"O programa do Hamas [grupo que controla a faixa de Gaza] é um programa do islã: bandeira de Alá sobre cada centímetro da Palestina. Qualquer tentativa de acordo com Israel deve ser denunciada. É um jogo de soma zero: eu ou você", disse.
Clemesha, que dirige o Centro de Estudos Árabes da USP, contestou a avaliação: "Estamos falando besteira sobre o perigo islâmico. Não há choque de civilizações. O fundamentalismo é um dado da questão, mas ele não é só islâmico, é também judaico".
Para a professora, as atuais rebeliões no norte da África e no Oriente Médio não têm caráter religioso, e grupos como o Hamas estão dispostos a negociar. "Quando partidos como Hamas e Hizbollah tomam posição contra Israel, os motivos são políticos, não só religiosos."
IRÃ E HAMAS
Outra discordância se evidenciou logo à primeira menção do Irã e das declarações polêmicas de seu presidente, Mahmoud Ahmadinejad.
Para Coutinho, não existe apenas um conflito na área, mas vários, que se anulam uns aos outros: Israel contra Autoridade Nacional Palestina, Hamas contra ANP e israelenses contra iranianos.
"O mais intratável hoje é Israel x Irã. Ahmadinejad já afirmou o desejo de riscar Israel do mapa. É proclamação genocida e deve ser tomada a sério, não ser subestimada."
Segundo o colunista, o grande problema da região hoje é a emergência de um Irã nuclear, "regime abertamente teocrático", e seu patrocínio ao Hamas. "A carta fundamental do Hamas exorta a destruir Israel. Nunca mostraram abertura para negociar, só para uma trégua."
Bernadette Abrão respondeu afirmando que a carta do Hamas foi escrita por uma pessoa só, sem discussão, durante a primeira intifada (levante palestino) e hoje não é aceita pelos próprios integrantes da organização.
"Hizbollah e Hamas não teriam surgido se não fosse o sionismo, inimigo que destrói e faz limpeza étnica no povo palestino", disse a pesquisadora, autora de livro sobre a história da filosofia.
Clemesha, por sua vez, disse que Ahmadinejad "não falou em destruir Israel com uma bomba, e sim que o regime deve deixar de existir".
UM OU DOIS ESTADOS?
A discussão de possíveis soluções para a crise no Oriente Médio também polarizou os participantes do debate no auditório da Folha.
Bernadette Abrão defendeu a existência de um único Estado para palestinos, judeus e cristãos e o "fim da entidade sionista" --o que, segundo ela, não deve ser confundido com fim dos judeus.
Coutinho avalia que o entendimento da comunidade internacional é favorável à existência de dois Estados, um israelense e outro palestino, e a história mostra que, em casos como Líbano e Iugoslávia, Estados binacionais (ou plurinacionais) resultaram em "desastre".
Zaverucha e Coutinho também apontaram a dificuldade de negociar com a "dupla liderança" dos palestinos, já que Hamas e Fatah (partido que comanda a ANP) estão em conflito.
Clemesha alegou que a divisão é fruto do boicote internacional a uma "eleição limpa", vencida pelo Hamas na faixa de Gaza, e que o corte no repasse de verbas fez a economia palestina ruir.
A plateia, de cerca de cem pessoas que lotavam o auditório da Folha, manifestou-se ruidosamente durante o debate, aplaudindo declarações de um lado e de outro, apesar de Jorge Zaverucha ter advertido para o que classificou de "clima de Fla-Flu".
As maiores reações seguiram-se a falas de Abrão, que afirmou haver um "lobby sionista" dominando a mídia e a indústria do entretenimento e disse que os judeus não detêm a "exclusividade da tragédia" do Holocausto.
A pesquisadora negou ligação entre antissionismo e antissemitismo. "Árabes são semitas. Não sou antissemita, sou antissionista até a morte." Para Coutinho, "quando há atentado, morrem judeus, não sionistas".
A magia e a mística de Tzfat - Fonte Revista Morasha
http://www.morasha.com.br/conteudo/artigos/artigos_view.asp?a=732&p=1
Tzfat, também conhecida como Safed e Safad, é considerada a capital da Alta Galiléia. Localizada ao norte do Estado de Israel, é uma das quatro cidades mais sagradas no judaísmo, juntamente com Jerusalém, Hebron e Tiberíades. É um dos principais berços da mística judaica, a Cabalá. Tzfat é uma cidadezinha encrustada no pé de uma colina e cercada por montanhas. A oeste está o Monte Germack, que parece encravado no Monte Hermon, cujo pico está constantemente coberto por uma neve brilhante. Ao sul está o Monte Canaã, do qual se pode ver o Lago Kineret, também conhecido como Mar da Galiléia, que banha a cidade histórica de Tiberíades. A leste estão diversas localidades históricas, marcadas por ruínas de sinagogas e túmulos de vários Tzadikim. De acordo com a Cabalá, Jerusalém, Tzfat, Hebron e Tiberíades representam os quatro elementos físicos da Criação: fogo, água, terra e ar. Jerusalém representa o fogo. Assim como as chamas que ardiam no Beit Hamikdash, o Templo Sagrado, e queimavam as oferendas, o fogo espiritual desta cidade, a mais sagrada do mundo, inspirava as almas de seus habitantes. Tiberíades, erguida nas margens do Lago Kineret, simboliza a água. Segundo a tradição cabalística, Rabi Yitzhak Luria, o Ari, revelou a seus discípulos que se tivessem alguma dificuldade em entender alguns dos ensinamentos místicos, deveriam beber um gole da água do Kineret. Desta maneira, suas mentes absorveriam o conhecimento almejado. Hebron, localizado perto do deserto do Neguev, representa a terra. É lá que estão enterrados os nossos patriarcas - Avraham, Yitzhak e Yaacov, e três das quatro matriacas - Sara, Rivka e Léa. Tzfat, por sua vez, representa o ar, em hebraico, ruach. É uma palavra que tem muitos significados, entre os quais, vento, brisa, atmosfera, alma e espírito. A cidade é, de fato, uma mescla de tudo isso, mas principalmente de ar e de espírito. Sua atmosfera é clara, luminosa, tanto no sentido físico como no metafísico. Como sabemos, o ar é diferente do fogo, da água e da terra, pois não pode ser tocado fisicamente. Assim é Tzfat - e é isto que lhe dá uma energia, misteriosa e mística, que enfeitiça todos que a visitam. Ao redor de Tzfat, há uma coroa composta por inúmeros povoados que tiveram e continuam tendo papel marcante na história e na religião judaica. Há sinagogas e ieshivot em ruínas que contam séculos e séculos. As ruínas atestam tempos esplendorosos na Galiléia e no judaísmo. A localidade mais antiga na região de Tzfat é Pequin, onde os judeus sempre viveram antes do domínio romano se estender sobre a Terra de Israel. Atualmente, a cidade é habitada por judeus e druzos. Gush-Chalav - a cinco quilômetros de Tzfat - que, também traz as marcas do passado em suas ruínas de sinagogas e túmulos de Tzadikim, é conhecida principalmente pelas lutas contra os legionários romanos. Biria, ao norte, foi o berço de grandes sábios, eruditos e estudiosos, inclusive vários Tanaim, que foram os maiores rabinos citados no Talmud; a cidade é rica em ruínas de sinagogas e restos de pedras com símbolos sagrados. Kfar Biram, cuja população atual é cristã maronita, fica a noroeste de Tzfat. Na época da Mishná, era um centro importante de estudos. Vestígios de seu passado glorioso - a cidade possuía duas sinagogas - estão nos achados arqueológicos que trazem inscrições e símbolos religiosos. Biram, Kadita, Achbara, Safssufa, Tzipori e a antiga Ein Zetin são a prova da contínua presença judaica na região, através dos séculos. A nova Ein Zetin, reconstruída em 1884, foi abandonada em 1929, quando a Revolta Árabe, que eclodiu naquele ano, atingiu a cidade, e a população árabe local, enfurecida, massacrou cerca de 20 judeus. Outras cidades como Germack ("Hatzmon"), Kfar Alma, Kfar Hananía e Ramat Naftali datam ou são anteriores à epoca talmúdica. Estas cidades são mencionadas em diversas obras de pesquisadores de séculos passados, inclusive com estatísticas e nomes de seus mais ilustres habitantes. Na maioria dos povoados, a atividade era, principalmente, a agricultura. De seus pomares saíam as melhores frutas do Mediterrâneo, favorecidas pelo clima e pela água vinda das cordilheiras e geleiras das montanhas da Galiléia e do Líbano. Havia, também, um comércio ativo e uma desenvolvida indústria de tecidos de lã e de anilinas, e um comércio intenso com Sidon, no litoral do Líbano, com passagem para outros mercados. A magia das estrelas Tzfat é uma cidade mística. O ar é puro, os dia luminosos e as noites iluminadas pelas mais brilhantes estrelas do Oriente Médio. Este cenário inspira o homem a meditar, a elevar a alma e o coração, até o espírito encontrar o seu paraíso, longe das agruras materiais. No século 16, com a expulsão dos judeus da Península Ibérica e com o beneplácito do Império Otomano, um número significativo se estabeleceu na cidade, incluindo grandes rabinos. Tzfat se tornou o centro de estudos da Cabalá e principalmente do Zohar (O Livro do Esplendor), de Rabi Shimon bar Yochai. Tzfat é a cidade da Cabalá. O maior cabalista de todos os tempos, Rabi Yitzhak Luria, o Ari HaKadosh, lá se estabeleceu. Nascido em Jerusalém, o Arizal cresceu no Cairo. Durante anos ele se isolou numa ilha do rio Nilo, estudando o Zohar e a Torá. Foi quando o profeta Eliahu lhe revelou segredos e disse para que fosse para Tzfat. Em 1569, o Arizal se estabeleceu em Tzfat, onde reuniu em sua volta os maiores cabalistas da época e lhes transmitiu seus ensinamentos, que foram registrados por Rabi Chaim Vital. A fama de Tzfat atravessou os limites da Terra de Israel e, até hoje, milhares de turistas e peregrinos visitam anualmente a cidade, o túmulo e a Sinagoga do Ari. Muitos vão banhar-se nas águas da mikvê do Ari, cujo aniversário do falecimento é 5 de Av. Tzfat recebe milhares de judeus que se reúnem no seu túmulo para orar e pedir ao Tzadik que interceda por eles perante D'us. Tzfat foi o lar de outras grandes figuras da história judaica, entre eles, Rabi Yossef Caro, o autor do Shulchan-Aruch (Código de Lei Judaica); Rabi Moshé Cordovero, professor do Ari e autor da obra cabalística Pardess Rimonim; Rabi Shlomo Alkabetz, autor de Lechá-Dodi, hino litúrgico cantado no Shabat em todas as sinagogas do mundo. Outro grande sábio de Tzfat foi o Rabi Yakov Birav - o rabino-chefe da comunidade. Rico e generoso, homem de grande sabedoria e conhecedor profundo do Zohar, Rabi Birav quis restabelecer o Sanhedrin - a Suprema Corte Judaica - para acelerar a vinda do Mashiach. Mas para isso, era preciso superar alguns obstáculos: os 70 membros do Sanhedrim deveriam ser rabinos e ter um tipo de Smichá - certificação rabínica - que permitisse exercer as funções de acordo com os preceitos existentes antes da destruição do Segundo Templo por Roma. Porém, desde o decreto promulgado por Adriano, um dos mais cruéis imperadores romanos, a tradição de Smichá havia sido interrompida. Tzfat foi o lar de outras grandes figuras da história judaica, entre eles, Rabi Yossef Caro, o autor do Shulchan-Aruch (Código de Lei Judaica); Rabi Moshé Cordovero, professor do Ari e autor da obra cabalística Pardess Rimonim; Rabi Shlomo Alkabetz, autor de Lechá-Dodi, hino litúrgico cantado no Shabat em todas as sinagogas do mundo. Outro grande sábio de Tzfat foi o Rabi Yakov Birav - o rabino-chefe da comunidade. Rico e generoso, homem de grande sabedoria e conhecedor profundo do Zohar, Rabi Birav quis restabelecer o Sanhedrin - a Suprema Corte Judaica - para acelerar a vinda do Mashiach. Mas para isso, era preciso superar alguns obstáculos: os 70 membros do Sanhedrim deveriam ser rabinos e ter um tipo de Smichá - certificação rabínica - que permitisse exercer as funções de acordo com os preceitos existentes antes da destruição do Segundo Templo por Roma. Porém, desde o decreto promulgado por Adriano, um dos mais cruéis imperadores romanos, a tradição de Smichá havia sido interrompida.
Encontrou-se uma resolução para renovar o Sanhedrin baseado numa legislação de Maimônides: dever-se-ia convocar os rabinos mais sábios, eruditos e íntegros. Um deles seria escolhido e autorizado a conceder Smichá para os merecedores desta honra. Tudo isso foi organizado em Tzfat e implementado no ano de 1538. O nomeado para executar a tarefa foi o rabino Yacov Birav. Os sábios de Tzfat também concederam Smichá ao principal rabino de Jerusalém, Rabi Levy ben Haviv, mas este recusou a honra por vários motivos, entre eles que uma decisão tão importante dependia da aprovação dos sábios de toda a Terra de Israel e deveria advir de Jerusalém, e não de Tzfat.
O Fim da Era de Ouro
Após a gloriosa época dos cabalistas e, já no século 17, começou a decadência de Tzfat. Invasões, administração otomana corrupta e ruim, restrições e perseguições; ataques de árabes e de druzos com saques e assassinatos. A próspera economia da cidade foi decaindo e os jovens emigram. No século 19, dois terremotos quase destruíram toda a cidade. Mas, com garra e muita fé religiosa, a comunidade judaica enfrenta todas as vicissitudes e prossegue sua vida. A partir do início de 1800, pequenas ondas migratórias de chassidim e mitnagdim, aconselhados por seus rebes e pelo Gaon de Vilna, chegam a Safed, Jerusalém Hebron e Tiberíades. Começam a ser erguidos novos centros de estudos e sinagogas, principalmente em Tzfat, simultaneamente a um pequeno comércio local. Mas a principal fonte da economia era a Chaluká, dinheiro arrecadado nos países do leste europeu e enviado às quatro cidades religiosas de Eretz Israel. Esse sistema funcionou até a eclosão da Segunda Grande Guerra Mundial em 1939.
Lag Baomer em Safed
O cemitério de Safed abriga túmulos de personagens importantes da história judaica: autores do Talmud (Mishná e Guemará), cabalistas, sábios e eruditos. Diariamente encontram-se pessoas rezando e acendendo velas em redor dos locais onde os Tzadikim estão enterrados. Entre os túmulos, encontram-se não apenas heróis do passado distante, mas, também, do recente, como jovens que lutaram contra o Mandato Britânico, entre os quais Dov Gruner - que foi executado pelos ingleses, e membros das Forças de Defesa de Israel.
Anualmente, durante as festividades de Lag Baomer, a cidade vive uma dinâmica singular. Centenas de milhares de peregrinos passam por Tzfat em direção a Meron, a seis quilômetros, para celebrar uma data especial: o término de uma epidemia que dizimou 24 mil alunos de Rabi Akiva; e o aniversário do falecimento de Rabi Shimon Bar Yochai, o pai da Cabalá, cujo túmulo se encontra em Meron. Também é a data em que o sucessor do imperador romano Adriano revogou as restrições anti-judaicas impostas pelo governo romano anterior, concedendo liberdade de culto religioso e certa autonomia administrativa aos judeus.
Os peregrinos a Meron trazem roupas velhas e recipientes de óleo. E, na véspera da data, ao anoitecer, fazem uma fogueira com o óleo e com as roupas, alimentando-a a noite inteira, até a véspera do dia seguinte, quando terminam as festividades. É um período de 24 horas ininterruptas de rezas, lágrimas, cantos e danças.
Como parte das comemorações, na véspera de Lag Baomer centenas de judeus saem pelas ruas de Tzfat, começando pela casa dos Abuhab, uma família tradicional sefaradi da região, levando uma Torá centenária a Meron. O cortejo é acompanhado por conjunto de klezmer e segue até Meron. Ao longo do caminho, a Torá é passada de mãos em mãos às pessoas de mais destaque na comunidade.
Antes da criação do Estado de Israel, durante o domínio dos otomanos e britânicos, antes do pôr-do-sol, grupos de árabes, a cavalo e a pé, com seus instrumentos musicais, adentravam no pátio da sinagoga, cabeças cobertas com suas kefias, fazendo uma roda em volta dos judeus. Em uníssono, também faziam o seu show de danças e cantos regionais, rezando e pedindo a bênção para suas famílias e para suas necessidades ao Rabi Shimon Bar Yochai.
Autor: Prof. Antonio Hermosa Andújar, Universidad de Sevilla
Primero fue Túnez; luego vinieron Argelia, Egipto, Jordania, Yemen y otra vez Túnez que, en realidad, suma y sigue: como ocurrirá en los demás países y, faltaría más, en los nuevos que se vayan añadiendo a la causa, pues esto no ha hecho más que empezar. En fin, la calle árabe de nuevo está que arde, mas esta vez el incendio carece del aire festivo que tuvo cuando fueron derribadas las Torres Gemelas, o de la rabia divina que desató en la conciencia musulmana, sea la publicación de las caricaturas del Profeta en el diario danés Jyllands-Posten, sea el puntual dardo malévolo que suele lanzarle periódicamente el jefe de la competencia católica; ni proviene de cualquier otro hecho puntual suscitado por el maligno occidental, que nunca descansa. Pero tampoco, y esto sí que es grave, de la -descontada- madre de todas las protestas, el único foco de gangrena permanente, un verdadero descuido de Alá, quien debió de andar distraído ese día porque si no, por muy británicos que sean los británicos, no se la habrían colado. O sea: del conflicto palestino-israelí.
Imagino al multiculturalista de turno -un nombre adecuado para calificar en Occidente a un miembro reflejo de las élites árabes- yendo algo perplejo tras las causas del incendio. ¿Y con qué se topa? Pues, 
simplemente, con un sujeto inesperado: una multitud que crece y se renueva a sí misma conforme va cambiando su grito, que pasa de ser una dolorida consigna contra el hambre, la pobreza, el desempleo y la corrupción, a convertirse en un enardecido programa de reivindicación política en el que la marea crece desde la petición de dimisión de ciertas autoridades a la exigencia de un cambio de régimen. Multitud sin duda enloquecida, pensará nuestro tolerante multiculturalista, porque, a ver, ¿qué hace una mayoría de árabes islámicos reclamando reformas políticas que, de ponerse en práctica, llevarían incluso a confundirles con los sistemas políticos del enemigo? Y, por si fuera poco, todo eso como si nada. Total, llega uno, se quema a lo bonzo, ¡que mira que es poco musulmán eso!, además, y la chispa que ahí salta quema el palacio. ¡Ni que fuera ésta la primera vez en su historia que pasan hambre o están sometidos, ni que no fuera ésa su forma de ser! ¡Tate, aquí hay gato encerrado!, se dirá para sus adentros, mientras rumia ya cómo desmontar el complot.
Un ejercicio de vanidad
Y es que, en efecto, una parte de lo que ha ocurrido, y otra cada vez mayor de lo que está ocurriendo, no estaba escrito en el guión de la historia local… como tampoco en las suras coránicas. Pase que una sociedad partida en dos por varios costados vea rebelarse a la parte 
mayoritaria demandando una cura para sus urgencias: mejores salarios contra el hambre, empleos que ilusionen con un horizonte a su futuro, incluso algo más de justicia que diluya un tanto la ignominia en las desigualdades creadas por los privilegios, etc.; pase asimismo que esa rebelión tome cuerpo tras un hecho tan irrespetuoso como es que a alguien le dé por inmolarse, en sí un ejercicio de vanidad que no tiene en cuenta la tradición religiosa de llevarse por medio a algún enemigo del Islam, pero que en esta ocasión ha llevado, en su soberbia, hasta a organizar, aunque sea algo informalmente, la rabia y sacarla a pasear en público, en contra de la tan probada tradición política; pase, faltaría más, que sobre los rebeldes las fuerzas del orden ejerzan su violencia habitual, pues por qué dejarles hacer lo que quieren, tan en contra de lo que deben.
Ahora bien, lo que no puede pasar es que una vez empiezan a disiparse las brumas de los primeros enfrentamientos entre ambos bandos -esto es, la estela de muerte, de sangre, de dolor, de miedo y de rabia renovada que el choque de la violencia contra los rebeldes produjo en sus filas, incitándoles a la respuesta-, el mayoritario, el de los enragés, comience asimismo a vislumbrar los rasgos del que, con mayor o menor razón, considera por ahora responsable último de la situación actual, que le ponga el nombre y el rostro de su presidente, y el de sus allegados, y a la petición de pan sume la exigencia de libertad.
O sea: lo que no debe pasar, según las cuentas de todos aquéllos que retienen la reclamación de libertad una muestra más del imperialista ideario occidental, es que una multitud que salta a la calle con una determinada idea en la cabeza, por no decir en el estómago, mute mientras la recorre y llegue a la plaza convertida en dueña del palacio: en un nuevo sujeto político que, primero, reclama diversas libertades, para acto seguido atribuirse la soberanía y ejercerla de inmediato, forzando la deposición de los miembros afines al anterior autócrata presentes en el Gobierno recién formado tras su huída. Pues sí, lo que les quedaba por ver: ¡una antigua masa árabe informe que ha embocado por el momento su transformación en pueblo soberano a la occidental!
Tal es a grandes trazos el cuadro de lo sucedido en Túnez, y que sirve de patrón a cuanto ha venido después. Pero ya se sabe que a los imitadores no les gusta la virginidad de la historia: como, recibido el empujón -éxito oblige-, suelen tener prisa por abandonar el Ancien Règime, mejor optan por quemar etapas antes que por seguir la pauta del modelo original en toda su pureza, y en lugar de imitar los pasos uno a uno les va más lo de empezar donde terminaron los pioneros: reclamando el cambio del gobernante a la par que el del régimen, y si se acuerdan hasta reclaman también pan y trabajo. Se trata pues de un acto que, como se ve, implica un juicio completo, condena incluida, al sistema anterior. Por eso, al dictadorsaurio yemení, que pensaba que por haber refundado el país éste sería suyo para siempre, ya no le bastará para retener lo suyo con regalar los alimentos o introducir la meritocracia en el país; y por eso, a Mubarak parece habérsele truncado su deseo de instaurar en Egipto la dinastía -una de las señales de la introducción de la tiranía en la ciudad, como nos enseñara Heródoto- antes de que le suceda su primer heredero.
Y Occidente, a todo esto, ¿cómo reacciona? Se le ve preocupado, sin duda ¿Y qué le preocupa a la princesita? Desde luego, todo no, porque estaría ya muerta de preocupación si le preocupara tanto.
Le preocupa logicamente la inestabilidad que está invadiendo la zona, porque con los líos que se están montando, quién le garantiza ahora el suministro de petróleo, de gas, la seguridad frente al terrorismo, donde, por ejemplo, Al Qaeda tiene uno de sus centros sagrados. A Occidente le preocupa haberse quedado y estar a punto de quedarse sin algunos amigos en la zona -el hombre, quieras que no, su corazoncito también lo tiene- y por ello amonesta contra el uso de la violencia (y hace bien en esto, porque su uso es su abuso, y el imperio su meta soñada), porque ésta “no permite la comunicación entre gobernantes y gobernados”, se dice en Washington, o por su capacidad de producir “víctimas inocentes”, al decir de Angela Merkel.
No decían lo mismo hace poco más de un mes y medio, cuando el orden no dejaba presagiar la anarquía actual, es decir, cuando ese orden, en el que el tirano y los súbditos no se comunicaban, era el de la violencia, y víctimas inocentes del mismo eran la inmensa mayoría de las personas en cada uno de los países donde hoy la calle quema. A la princesita nunca pareció importarle la falta de libertad, la falta de seguridad, la falta de futuro o la sobra de hambre de los que hoy pueblan las plazas árabes, y no piensan volver a casa sin haber dejado una huella permanente de su presencia en ella. Egoísta como es, vieja como está, tiene cansados los sueños y debilitados los principios, al encerrarlos como están en la caja fuerte normativa de la nación, por lo que la política parece haber huido de estas democracias de jubilados en las que vivimos, a las que el uso ha gastado en lugar de renovado.
Si los derechos humanos tuvieran mínimamente que ver en la práctica con lo que son en la teoría, quizá habríamos descubierto que los europeos seguiríamos recibiendo gas si los magrebíes gozaran de más bienestar y que nuestra libertad y nuestra vida estarían más seguras si otros pueblos hubieran hecho saltar por los aires la sumisión.
Y es que, no se olvide, las exigencias de las plazas árabes lo son de libertad.
Mubarak reina sobre el Ejército
Ciertamente, en el estado de cosas actual, en absoluto cabe descartar que el antiguo régimen reaccione con éxito en busca de su termidor, sobre todo en Egipto, donde Mubarak sí reina sobre el Ejército.
Pero es mucho más fácil pensar que la mecha prendida inicialmente en Irán contra el robo en las urnas del triunfo de la oposición por parte del Gobierno actual siga generando más incendios. Como también lo es que cuando lo que prende la mecha es la libertad, todo lo que la refrena, antes o después, correrá peligro si no rejuvenece. Y entre ese todo figura, y de manera solemne, el propio Islam. Ya en Egipto, los organizadores de las manifestaciones aceptaron la posterior incorporación de los Hermanos Musulmanes a condición de que renunciaran a su lema sacrosanto de que El Islam es la solución. Y en Túnez, aunque aquí la historia cuenta, las fuerzas laicas primaron desde el principio.
Pero por otro lado, si algo han aprendido de inmediato los manifestantes es que la libertad de manifestación y expresión que ahora exigen está siendo un hecho con su protesta aun antes de que el cambio acabe por transformarla en derecho; que son ellos los que la están conquistando mientras la ejercen; y que el éxito del ejercicio exige la garantía de que podrá repetirse en el futuro cuando se juzgue oportuno. Con la misma celeridad han aprendido que en el nuevo régimen ellos deben ser el soberano. Y que ambas cosas van o pueden ir juntas…
A partir de ahí el camino es tan fácil de imaginar como difícil de recorrer, máxime cuando para la tradición cultural imperante representa una novedad casi absoluta. Pero las novedades no asustan a quienes exigen libertad mientras la ejercen, que pronto podrán aprender con Tocqueville que el precio de los males de la libertad es más libertad. Lo que es cierto es que si las revoluciones siguen prosperando todo será cuestionado, incluido el papel a jugar por la propia religión musulmana en el futuro. De ser así, estamos en los comienzos de un proceso extraordinariamente complejo y duradero del que en absoluto puede verse ni preverse el final; pero en la calle árabe hemos podido sentir ese calor que esparce “lalta crémor / del foc de llibertat” (el mismo que un día ya muy lejano nos cantara Raimon a los españoles dejándonos para siempre la música de las palabras de Salvador Espríu en los labios del alma), y también por eso desde hoy ya sabemos que entre las posibilidades aquí abiertas por los pueblos árabes a ellos mismos se incluye la de que el mismísimo Islam empiece a experimentar en sus carnes su renacimiento y su ilustración, algo imprescindible si quiere convivir con la democracia en Occidente, entre otras razones.
Mientras tanto, hasta el propio Alá -mera cuestión de prudencia-, mejor que vaya poniendo las barbas del profeta a remojar.
Sergio, Pedro, Lilian e demais Haverim!!! Adorei conhece-los e muito me encantou participar da construção de um espaço judaico sem o viés ortodoxo.
O encontro de ontem demonstrou uma sede de uma nova liderança, que mesmo sem identidade, já sinaliza uma silhueta mais inclusiva aos diferentes. Este ponto ficou muito claro para mim e pareceu imantar a todos.
Enfatizamos O encontro que acontecerá no dia 18 de fevereiro como mais uma das atividades que esta proposta; Judaismo Humanista oferece. Num cenário de Kabalat Shabat, a festa mais importante do Judaismo, queremos oferecer condições, principalmente aos nossos jovens de encontrar junto as suas raizes espaço para as suas proprias indagações num contexto atualizado.
Estamos alencando propostas que visem atrair judeus, principalmente aqueles dispostos a reciclar/ventilar o olhar as tão densas escrituras e para isso estamos convidando a todos a cooperarem com suas ideias e queres. Shavua tov!
