Gaza bajo el humo de los bombardeos. Mientras los combatientes de Hamás se ocultan en los túneles, más civiles palestinos mueren en la superficie, y el crédito se va acabando para Israel, que debe terminar la destrucción de los túneles a toda velocidad.
No hay horizonte de conciliación, no hay cese el fuego a la vista. Esa es la noticia principal del día de hoy. Hamás continuó lanzando misiles y las fuerzas armadas israelíes siguieron efectuando operaciones en terreno ampliado de la Franja de Gaza. Otro incidente de disparo hacia una escuela de la UNRWA, la agencia de refugiados de la ONU, costó la vida de 16 palestinos, entre ellos niños, junto a decenas de heridos. Según un chequeo del ejército, nuevamente se habían producido disparos desde allí o desde un lugar vecino, y el ejército disparó un obús hacia el origen de los disparos.
También se produjo un incidente similar en el mercado de Sudjahía, donde 17 palestinos más perdieron la vida mientras hacían sus compras. 160 más resultaron heridos. Hamás anunció que “la masacre requiere una reacción que hará temblar la tierra”.
Un representante de UNRWA se quejaba amargamente de que “habíamos avisado a los israelíes diecisiete veces sobre la ubicación de la escuela con los refugiados”. La UNRWA también advirtió que ya no tiene capacidad para albergar más desplazados de sus casas, que han superado los 200.000. Según describieron periodistas israelíes, en algunas calles las casas han “sencillamente desaparecido”, y se ven en ellas, muchas veces, palestinos deambulando, sin lugar al cual volver ni dónde albergarse. En total se habla de unos 80 palestinos muertos en el día de hoy, con lo cual la suma pasa la barrera de los 1.300.
Del lado israelí, tres soldados más perdieron la vida cuando revisaban una estructura edilicia, momentos en que hombres de Hamás activaron una carga explosiva oculta allí. Otros 15 soldados resultaron heridos. La suma de soldados y oficiales caídos sube así a 56, y 144 soldados heridos, en estado de consideración a graves, internados en los diversos hospitales.
Estados Unidos expresó su preocupación por el bombardeo de la escuela de la UNWRA esta mañana. La portavoz de la Casa Blanca dijo que “Estados Unidos está muy preocupado por el hecho de que miles de palestinos no estén seguros en instalaciones de la ONU que sirven de refugio en Gaza, a pesar de haber accedido a los llamados del ejército a evacuarse de sus hogares”. La portavoz agregó que Washington condena también a los responsables de ocultar armamento en las mismas instalaciones.
Ayer Hamás difundió un video que mostraba la incursión por el túnel a Najal Oz, que finalizó con la muerte de cuatro soldados israelíes. La “hazaña” fue presentada como una manifestación épica del poder hamásico. Junto con el video se difundió un discurso de Muhamad Def, el ya legendario architerrorista, jefe del brazo armado de Hamás, oculto hace ya años, huyendo de una segura liquidación selectiva por parte de Israel.
Def dijo que “no habrá cese el fuego a menos que cese la agresión del ocupante y se levante el bloqueo”. Dijo también: “Hemos derrotado al ejército israelí también en la lucha por tierra. El enemigo con su agresión bárbara destruye casas. Nosotros lo hemos derrotado también por tierra”, dijo, aludiendo al único operativo exitoso por medio del túnel hacia Najal Oz. Def agregó: “Los israelíes no vivirán con seguridad hasta que nuestro pueblo viva con seguridad. Nuestras acciones en esta contienda fueron planificadas aún antes de ella. No se trató de reacciones sino de acciones calculadas”. Esto sirve para aclarar el punto a quienes todavía sostienen que los cohetes de Hamás fueron reacción ante el operativo israelí en respuesta al secuestro de los tres adolescentes de Gush Etzion.
El encargado israelí de responderle fue Yair Lapid, ministro de Finanzas, líder de Iesh Atid, en el ala izquierda de la coalición: “Hamás pierde esta contienda. Hemos escuchado el discurso de Muhamad Def, que se oculta porque sabe que está condenado. Esto recuerda a Saddam Hussein, que dijo que les ganaba a los norteamericanos, y luego dejamos de escuchar de él. Llegaremos a él y lo liquidaremos”. En la discusión dentro del gabinete sobre si se debe apuntar a la cúpula de Hamás, un inusitadamente combativo Lapid abogó por “voltear a los líderes de Hamás”, liquidando, además de a Def, también a Khaled Mashal, líder político, y a Ismaíl Haniye, primer ministro de Gaza.
Militarmente, Hamás hace ya tiempo ha dejado de estar en posición de exigir. Pero políticamente, mientras quede un combatiente en pie y civiles a los cuales utilizar como carne de cañón, la organización seguirá huyendo hacia adelante, es decir, subiendo la apuesta el todo por el todo, y declarando victoria con los últimos dos dedos que puedan levantar en forma de “V”. Como lo dijo hoy uno de los líderes de Hamás, Musa Abu Marzuk: “Nosotros ya ganamos. Si Israel se retira, será una victoria contundente para la resistencia. Si sigue avanzando, se empantanará”.
Por eso, por el ahogo económico y el aislamiento político, y por no quedarle nada por perder, Hamás se permite ser intransigente, y no importa cuántas treguas humanitarias declare Israel con los auspicios de Egipto y las Naciones Unidas, menos importa aún cuántos civiles propios hayan de morir: con el video del túnel y las imágenes de civiles muertos, ellos pueden exhibir triunfo, no importa si lo creen o no.
Pero incidentes como el bombardeo de hoy a la escuela de la UNWRA, trágicas negligencias que ocurren en todo operativo por más precauciones israelíes por evitarlas (y aunque en este operativo el ejército fue más eficiente que nunca, es decir: pudo haber sido peor, pero todavía puede serlo) terminan socavando el crédito en tiempo que habían otorgado las potencias a Israel para la lucha contra el Hamás, a la que toda Europa, EEUU y los países árabes moderados consideran una organización terrorista. Los medios en Israel se mostraron preocupados, incluso, de que estos incidentes puedan abrir en el futuro la posibilidad de demandas por crímenes de lesa humanidad contra oficiales puntuales en los marcos internacionales.
Del otro lado, sin embargo, la intransigencia de Hamás en aceptar cualquier cese del fuego que no contemple algunos de sus reclamos, en especial la apertura de los pasos fronterizos, le juega en contra a la organización islámica, pues otorga a Israel el tiempo suficiente para continuar con la detección y destrucción de los túneles terroristas, y seguir en una dinámica que podría írseles de las manos a ambas partes: por el lado de Hamás, podría terminar poniendo fin a su gobierno en Gaza; por el de Israel, el precio de la neutralización de la “ciudad subterránea” construida por Hamás en Gaza será en imágenes de destrucción pero, sobre todo, las de vidas humanas perdidas allí, no importa cuánto se explique que es Hamás el que cínicamente convirtió a la Gaza civil en un bunker y en una gigantesca base militar, tomando a la propia población de rehén.
En Israel la opinión pública apoya mayoritariamente “terminar con lo que se empezó, pues no hacerlo convierte todo en inútil”: entienden que, en el idioma de Medio Oriente, la única manera que Hamás no pueda declarar victoria, para luego rearmarse y volver a reiniciar el ciclo que llevará en un par de años más a la próxima guerra, es destruyendo todos los túneles y todos los reservorios de cohetes. Y que el precio es pequeño comparado con las decenas de miles de muertos que habrá que lamentar en el futuro si la espiral viciosa no se corta aquí.
Luego de un titubeo entre la propuesta mediadora de Qatar, que no contemplaba el tema de la desmilitarización, y la de Egipto, que contempla una tregua durante la cual se negocie, pero en la que Israel pueda seguir atendiendo el tema túneles, Estados Unidos acabó convenciéndose de la postura israelí. “Todo cese del fuego debe garantizar la reconstrucción de Gaza, pero también la destrucción de los túneles”, dijo John Kerry, secretario de Estado norteamericano.
Al término de la reunión de cinco horas del gabinete de Defensa, dijo una fuente del gobierno que el ejército ha recibido instrucciones de “continuar golpeando con toda la potencia a las organizaciones terroristas en Gaza, y continuar con la inutilización de los túneles, e incluso de ampliar su accionar”. Según dijo la fuente a Kol Israel, el ejército dañó severamente un sistema estratégico que Hamás había desarrollado durante años”. Según la fuente, “Israel continuará declarando treguas humanitarias para aliviar a la población, siempre y cuando ello no ponga en peligro a los soldados o la actividad contra los túneles”.
Según fuentes en El Cairo, una delegación israelí arribó a El Cairo para deliberar sobre la propuesta de cese el fuego, y abandonaría Egipto al cabo de unas horas. Según Zihad Najale, segundo del líder de la Jihad Islámica, “no hay por ahora horizonte para los contactos en pos de un alto el fuego”. Según él, las organizaciones palestinas ni siquiera se pusieron de acuerdo en la composición de su delegación a El Cairo, y no está claro cuándo partirá hacia allí”.
Sami Abu Zuhri, portavoz de Hamás, dijo que esa organización “aceptará cualquier invitación a consultas por el cese del fuego”, pero rechazó toda ligazón entre dicha invitación y una tregua de facto. Es que Egipto exige rotundamente: primero comenzar con el alto el fuego humanitario de 5 días y, sólo cuando todas las partes hayan bajado las armas, se podrá comenzar a dialogar por el cese del fuego definitivo.
En el estado actual de cosas, es posible que no medie un acuerdo para poner punto final al operativo. Es posible que Israel retire su ejército cuando considere que éste ha cumplido su misión -pues hoy puede aún fijar las reglas, mañana quizás ya no-, o cuando el Consejo de Seguridad emita una resolución vinculante de retirada israelí, que no sería vetada por Estados Unidos, y que Israel no podrá resistir. En ese caso, Israel sólo podrá presionar para, junto con Egipto, Arabia Saudita y la Autoridad Palestina, que conforman el bloque fuerte pronorteamericano junto con Israel, la construcción de un mecanismo internacional para una especie de “Plan Marshall” para Gaza, que devuelva a Mahmud Abbas el presidente moderado de la Autoridad Palestina al poder, traiga paz y desarrollo para la castigada población de Gaza, y que deje a Hamás y a las demás organizaciones terroristas fuera de la ecuación. Pero se trata de un escenario sin garantías de éxito. Según la experiencia, también podría ocurrir todo lo contrario.